Niño con leucemia, cuya foto se hizo viral, superó la enfermedad
La foto en blanco y negro de un niño con cáncer siendo apoyado por su hermana en un baño, se viralizó en 2019. La imagen, publiciada por la madre de los niños, demuestra cómo las familias atraviesan momentos duros en unidad. Se trata de los pequeños Audrey (quien entonces tenía cinco años) y Beckett (de cuatro años), quien ahora se encuentra libre de cáncer.
En aquel momento el pequeño Beckett intentaba vomitar y Audrey acariciaba su espalda. Durante el proceso, la niña acompañó a su hermano hasta el punto de tomarlo en brazos y llevarlo donde prefiera estar, así lo contó Kaitlin Burgue, madre de la familia que vive en el estado de Texas, Estados Unidos.
Beckett había sido diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda (tumor maligno que se desarrolla en la médula ósea) y recibió quimioterapia por dos años.
Gracias al tratamiento y al apoyo de su familia, el pasado 21 de septiembre de 2021, el menor pudo realizar la tradición de tocar la campana del hospital tres veces. Esto significa que el paciente está dado de alta completamente, lo describen como “el mejor sonido para expresar felicidad de un paciente al superar un cáncer”.
En una entrevista al portal Daily Mail, Kaitlin compartió: “Durante el tratamiento de quimioterapia, Audrey se comportaba más como una figura materna, pero ahora se está dando cuenta de que su hermano lo ha superado, aunque está esperando que sea un poco más independiente. Además, cuando intenta ayudar a Beckett, él le contesta: 'Lo puedo hacer por mí mismo'".
"La ayuda de Audrey para sobrellevar la situación tuvo tan grande impacto en él que han desarrollado un vínculo de hermanos que no podrá ser reemplazado", cuenta su madre. Sin embargo, la niña de ahora siete años, ha empezado a retomar actividades que se habían interrumpido por los problemas económicos derivados del tratamiento de Beckett.
A pesar de sufrir de dolor en sus piernas como efecto secundario de su tratamiento, Kaitlin dice que los hermanos juegan y realizan actividades como cualquier otro niño, los lleva a la escuela por la mañana y regresan juntos en bicicleta.
“Estos dos años, mi hijo ha estado medicándose por la noche y yendo a tratamiento. A partir del 8 de agosto la quimio terminó. Se tiene que hacer análisis una vez al mes, y nunca sabes lo que va a ocurrir. Pero es un mundo diferente”, añadió la madre.