Mujeres en Afganistán: el terror de que los Talibanes vuelvan a anular sus derechos
Zahra, de 26 años, vive en Herat, la tercera ciudad más grande del país y con horror observó como los talibanes tomaban el control de la capital de Afganistán, Kobul, el pasado domingo 15 de agosto. Los gritos, disparos y gente corriendo por las calles, fueron las señales para que Zahra y familia su tuvieran que esconderse.
Este lunes 16, los talibanes anunciaron oficialmente su victoria sobre el territorio. Según recoge The Associated Press, Zahra ha trabajado con organizaciones que buscan presionar por la igualdad de género en Afganistán y ahora está “sorprendida” de verse a sí misma escondida en su casa. Como otras jóvenes, ella recibió educación y se atrevía a soñar con una carrera, pero señaló que sus aspiraciones se derrumbaron cuando vio a los talibanes ondear una bandera que declaraba el absolutismo de la fe islámica y las costumbres más tradicionales.
“¿Cómo puede ser posible que yo, como mujer que ha trabajado tan duro y ha intentado aprender y avanzar, tenga ahora que esconderme y quedarme en casa?”, le dijo Zahra a la agencia.
Según la Organización de las Naciones Unidas, más de 250.000 afganos han huido de sus hogares desde mayo pasado, de ellos, el 80% de son mujeres y niños. La mayoría lo ha hecho por temor a la llegada de los Talibanes y su régimen represivo, así como su tradicional interpretación del islam que elimina los derechos de las mujeres.
A partir de este lunes, se han registrado hordas de personas en el aeropuerto de Kabul y un total de seis muertos en un tiroteo entre talibanes, soldados estadounidenses y otras personas que intentaban escapar.
RÉGIMEN DE REPRESIÓN
Los talibanes gobernaron en Afganistán hasta el 2001, cuando Estados Unidos llegó al territorio. En ese tiempo las niñas no podían estudiar y las mujeres tampoco podían trabajar o dejar la casa sin que un familiar masculino fuera con ellas. Se apedreaba a las mujeres que eran acusadas de adulterio. Asimismo, llevaban a cabo ejecuciones públicas y les cortaban las manos a los ladrones.
Según Infobae, en esta nueva toma del poder, se ha reportado que el grupo extremista ha incendiado al menos una escuela y han tomado algunas casas. El pasado viernes, varios adultos residentes de Kabul denunciaron que a unas niñas las azotaron por llevar “sandalias reveladoras”.
Hasta ahora, 3.000 familias de provincias del norte de Afganistán y otras provincias que han sido tomadas por los talibanes han huido de sus hogares y viven en tiendas de campaña en zonas neutras.
Zahra, quien tuvo que dejar de trabajar en su oficina, ahora se ve imposibilitada de trabajar del todo. Su hermana menor no volverá a asistir a la escuela y su hermano mayor no podrá jugar al fútbol o tocar libremente la guitarra, pues todas estas actividades están prohibidas bajo la interpretación talibán del Islam.
Zahra le dijo a la AP que durante estos veinte años se había logrado pequeños avances en la sociedad, como que las mujeres puedan estudiar, estén en el Parlamento, el Gobierno y fueran trabajadoras de las empresas. Sin embargo, con la llegada de los talibanes todo aquello quedaría reducido a cenizas.
La directora adjunta de CARE International en Kabul, Marianne O’Grady, dijo que no se puede volver a lo de antes.
“No se puede dejar sin educación a millones de personas. Si las mujeres vuelven a estar detrás de los muros y no pueden salir tanto, al menos ahora pueden educar a sus primos y a sus vecinos y a sus propios hijos de una forma que no podía ocurrir hace 25 años”, señaló.