La larga historia de microracismos de la Familia Real británica

Gabriela Pinasco
La docente de estudios coloniales de la Universidad de Cambridge

 

Las opiniones vertidas por Meghan Markle en la entrevista con Oprah resuenan una semana después de su salida al aire, especialmente aquella que acusa a la familia real británica de racismo.

Mientras que el príncipe William aseguró que no son una familia racista y el palacio de Buckingham emitió un sensible comunicado en el que expresaba su preocupación y “entristecimiento” por lo que dijeron los duques de Sussex, el tema del racismo parece ser un secreto a voces que varios portales web se han dedicado a desentrañar.

El PRÍNCIPE FELIPE
Según Infobae, existen varias ocasiones en las que Felipe de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II dijo algunas cosas que podrían ser consideradas afirmaciones racistas, o “meteduras de pata”, como se lo quiera ver.

En una reunión de la Commonwealth, Felipe le habría preguntado a un hombre negro: ¿De qué exótico lugar del mundo es usted? Sin saber que le hablaba a lord Taylor de Warwick. Warwick le contestó “De Birmingham”, para la vergüenza del monarca.

Al presidente de Nigeria, que traía puesto su traje tradicional, Felipe le habría comentado: “Parece que estás listo para meterte en la cama”, y negó a acariciar un koala durante una visita a Australia porque “Seguro me agarro una enfermedad horrorosa”.

LA PRINCESA MIGUEL DE KENT
Ella está casada con el primo hermano de la reina Isabel y también es conocida por sus actitudes racistas: Mientras era dueña de dos ovejas negras, les llamó “Venus” y “Serena”, nombres que coinciden con los de dos tenistas famosas afroestadounidenses.

De la misma forma, cuando la Reina la invitó al Palacio de Buckingham para una recepción donde presentaría formalmente a Meghan, y la aristócrata usó un prendedor que años atrás había causado controversia porque se consideraba que fomentaba el racismo.

Se trataba de un prendedor que representaba el busto de un joven negro con una corona adornada con piedras preciosas. Kent tuvo que aclarar que estaba “arrepentida y apenada”.

IMPERIALISMO DE SIGLO XXI.
Algunos británicos encuentran insoportable que hasta la fecha se encuentren calles y esculturas que llevan nombres de traficantes de esclavos, como la estatua de Edward Colston en la ciudad de Bristol.

En medio de las protestas por la muerte de George Floyd que sucedían paralelamente en Estados Unidos, la estatua fue arrojada al río Avon. El primer ministro se pronunció contra los hechos pero no hizo nada para recuperarla. Mientras tanto, el alcalde de Bristol, Marvin Rees, de origen caribeño, afirmó a la BBC: “Esa estatua ha sido una ofensa para mí cada vez que he pasado junto a ella, y lo he hecho muchas veces”.

En Oxford también se puede ver una estatua de Cecil Rhodes, fundador de Rodesia (actual Zimbabue) que fue explotador de minas en África. Se le colocó una red para evitar que lo derribaran, pero para muchos significa una supremacía de un hombre blanco sobre uno negro.

Según Vanity Fair “una de las explicaciones de los tropezones de los royals contra el racismo es su falta de consciencia de estar haciendo algo ofensivo o inadecuado” y recuerda la vez cuando el Andrés se puso a hacer chistes sobre camellos mientras se encontraba en un banquete de Estado con el rey de Arabia Saudí.

EL PRÍNCIPE WILLIAM
En la primera visita de Barack Obama al palacio de Kensington, Infobae recoge que el futuro rey de Inglaterra y su mujer invitaron al primer presidente negro de Estados Unidos un salón de la edificación en la que se veía un cuadro con dos hombres blancos que conversar mientras un criado negro les cuida los caballos. La obra se llamaba The negro page, y en inglés la palabra “negro” se usa de manera ofensiva.

Los empleados quitaron con un destornillador la placa, poner una maceta para que no se notasen la ausencia ni los agujeros, pero dejaron el cuadro en su sitio.

LAZOS DE LA COMMONWEALTH.
Se dice que la Mancomunidad de Naciones es una organización de 54 países que  comparten lazos históricos con el Reino Unido. Esos historia es básicamente “una relación colonial e imperial y con una jerarquía racista institucionalizada”, como relató Infobae.

Sin embargo, muchos habitantes suelen recibir con simpatía a los miembros de la Corona durante las giras. Poco a poco, algunas naciones han ido mostrando su disconformidad, como Brabados, que anunció que quiere destituir a la Reina o Jamaica, cuyo Gobernador, sir Patrick Allen renunció al “uso personal” de la Insignia de la Orden de San Miguel y San Jorge, que la Reina le había otorgado en 2009.

En la decoración de la medalla aparece un hombre rubio con alas y una espada que representaba a San Miguel, y le pisa el cuello a la figura de un hombre negro al que tiene postrado y con una cadena al cuello (que vendría a ser el diablo).

La corona realizó un diseño similar ante las críticas donde el mismo hombre rubio le pisa la cabeza a un segundo, pero ambos tienen casi el mismo color de piel.

RECHAZO A MARKLE
Markle ha contado que durante su embarazo “hubo (...) preocupaciones y conversaciones sobre lo oscura que podría ser su piel cuando naciera”.

La docente de estudios coloniales de la Universidad de Cambridge, Priyamvada Gopal,  explica que “en el fondo la monarquía es una institución que está completamente ligada a la ideología de sangre y linaje. Así como también a la raza”.

Para ella no se trata de un solo miembro o de racismo personal, sino que toda la monarquía como institución está ligada al imperio como a la supremacía blanca.