La historia no contada de Woody Harrelson: hijo de uno de los asesinos de John F. Kennedy
El afamado actor Woody Harrelson tuvo una niñez muy dura, su padre era un sicario y drogadicto, pasaba periódicamente encarcelado y para primer grado de la escuela, el ahora actor, ya había sido expulsado dos veces.
Woody nació el 23 de junio de 1961 y su madre Diane (al contrario de su padre) era muy amorosa, religiosa, incluso cantaba en el coro de la iglesia. Su apellido de soltera era Oswald, como Lee Harvey Oswald, el asesino de John F. Kennedy, pero no están emparentados.
Quien sí tuvo relación con este crimen histórico fue el padre de Woody, Charles. Tras haber asesinado a un juez en el estado de Texas, el hombre se vio acorralado entre un grupo de policías y bajo la mira un franco tirador, por lo que no se le ocurrió más remedio que confesar que había sido uno de los asesinos del entonces presidente. Así fue que lo condenaron a dos cadenas perpetuas en 1979.
A pesar de no tener a su padre, Woody recibió todo el apoyo de su madre, que en sus primeros años no fue suficiente. El intérprete fue expulsado del jardín de infantes por mal comportamiento y más adelante, en primer grado, lo acusaron de robar un bolso, forzándolo a confesar a golpes.
Ante esta nueva expulsión su madre lo inscribió en Briarwood, una institución para chicos con dificultades de aprendizaje. “La idea era educar y simultáneamente dar amor al niño, lo cual suena raro, pero funcionó. Hacía algo incorrecto o violento, y me trataban con amor”, cuenta el actor sobre la institución que lo ayudó.
Con el paso de los años llegó la escuela secundaria, era un chico con dislexia, hiperactividad, ojo claros y mucho acné. Tenía pocos amigos. Hasta que un día, uno de ellos lo alentó a hacer una imitación de Elvis Presley y todo cambió.
Al hacerlo, por haberse subido a una mesa y llamar la atención de los profesores, él creyó se avecinaba otra expulsión. Sin embargo, lo que recibió fueron muchos elogios y una invitación a participar en el club de teatro, donde descubrió que eso era lo que más le gustaba hacer, actuar.
Estudió en el Hanover College, donde consiguió la licenciatura en inglés y Artes Escénicas. Probó su suerte laboral en Nueva York durante 14 meses en los que estuvo a punto de abandonar la profesión, pero se le presentó la oportunidad de trabajar como suplente de un actor en Hollywood.
A partir de entonces su carrera empezó a crecer. En 1985 entró al elenco de la popular serie Cheers, como Woody Boyd, un cordial y gracioso mesero. Este personaje le valió un Emmy y cuatro nominaciones más.
Un rastro del caos de sus primeros años quedó en su vida. Fue detenido dos veces por la policía. La primera ocasión fue por detener el tráfico al bailar en la mitad de la calle, y la segunda por subir con un grupo de activistas al puente Golden Gate de San Francisco para exigir la protección del bosque de secuoyas de California.
Su primer gran rol en el cine fue en 1993 con la película Una propuesta indecente, en la que participó con Robert Redford y Demi Moore.
A partir de ese punto continuó creciendo en la industria con peliculas como Asesinos por naturaleza, El escándalo de Larry Flynt (que le valió da nominación a un premio Oscar) y Bienvenido a Sarajevo.
De 1997 a 2002, hice un pequeño alto en su carrera por cuestiones familiares. “Simplemente tuve a mi hija, y solo quería pasar tiempo con ella, y luego tuve otra. Fue uno de los mejores períodos de mi vida. Y cuando decidí que quería volver a trabajar de nuevo ¡descubrí que a nadie le importaba que me hubiera ido! Pensé que iba a ser como ‘¡Bienvenido de nuevo!’, con los brazos abiertos, y más bien fue como: ‘No nos habíamos dado cuenta de que te habías ido’”, comentó al respecto.
Ahora, los más jóvenes lo reconocen por películas como Zombieland, Los juegos del Hambre, Solo: A Star Wars Story y Midway. En 2018 fue nuevamento tomado a consideración para un Oscar por la película Tres anuncios.
Su participación más reciente ha sido como el antagonista en la película de Marvel, Venom: Carnage liberado, donde le da vida al asesino en serie de los comics, Cletus Kasady.
“Uno tiene que creer en sí mismo y en lo que hace. En este negocio muchos desean ser famosos, pero para lograrlo hay que enganchar a la gente con buenas historias. Si no se logra a la primera, hay que perseverar. Todos acabamos encontrando nuestro lugar”, es el consejo o reflexión que dijo una vez Harrelson a su audiencia.