El hincha que narra partidos en señas para amigo sordociego del equipo rival
Pocas decepciones son tan crudas como cuando el equipo favorito de un hincha está a punto de alcanzar una copa, pero termina siendo eliminado en la final de la misma. César Daza, un ciudadano colombiano, experimentaba esa amarga sensación cuando el Club de Fútbol Santa Fe perdió la Liga Águila contra su rival, el Millonarios, en 2017. Dentro de la tristeza, Daza encontró un momento de felicidad cuando en la misma tarima que Andrés Cadavid celebraba el triunfo del Millos, estaba su amigo, José Richard. Y no, José no es parte del cuerpo de jugadores, pero sí un acérrimo hincha al que su amistad con Daza llevó a cumplir uno de sus más grandes sueño
EL INICIO DE UNA GRAN AMISTAD
En 2005, un juego entre el Santa Fe y el América de Cali terminó en desastre: hubo un muerto y 24 heridos por los enfrentamientos entre las barras bravas. En medio del caos, César se prometió a sí mismo que no volvería un estadio nunca más en su vida, para no volver a ponerse en peligro.
Sin embargo, su perspectiva cambió cuando conoció a José Richard, quien se convertiría en su entrañable amigo. José quedó sordo muy joven, por lo que no puede escuchar y tampoco expresarse con palabras. Además de eso padece ceguera, así que el lenguaje de señas tampoco es una alternativa para él. César lo conoció en la Fundación Sin Límites S.C, la misma que él creó para impulsar la inclusión de la población sordociega en las actividades productivas y la vida pública del país. Hicieron buenas migas ya que a ambos les gustaba el fútbol, aunque no seguían a los mismos equipos, y César se propuso ayudar a que José Richard siguiera en vivo la transmisión de un partido. Desde entonces, el amigo le ‘narra’ los encuentros a través de señas con sus manos y el contacto.
De acuerdo con el Portal Semana, fue el mismo José Richard el que ideó este lenguaje y se ayuda de una gran tabla rectangular que simula una cancha de fútbol y tiene relieves para demarcar las diferentes zonas del campo.
“Identificamos que la madera absorbe más ruidos acústicos. Cada seña tiene su significado. Por ejemplo, dos dedos son las piernas de los jugadores, la pelota se hace con un toque y vamos ubicando los dedos dependiendo de un lugar de la cancha donde se encuentren”, explicó José Richard a Semana.
El fanático del Millonarios también le contó a César que siempre había tenido la ilusión de asistir a un estadio y vivir la adrenalina de un partido.
FÚTBOL PARA SORDOCIEGOS
La primera experiencia fue en un entre Tigres y América, que se llevó a cabo en el Estadio de Techo. Las personas observaban sorprendidas por qué José Richard le daba la espalda a la cancha y por qué había una gran tabla entre aquel asistente y su amigo, a quien le hacía frente.
El exitoso experimento resultó y luego decidieron probarlo en un clásico entre Millonarios y Santa Fe, pese a que se prohibió que los hinchas del equipo visitante acudan a los partidos catalogados como clase A. César fue el único vestido de azul en las tribunas del estado Campín, pero fue muy bien recibido por los demás, que admirados reconocían el ejemplo de superación y amistad.
Después a José Richard le tocó ser el único vestido de rojo en la marea de azul, durante el partido de la final de la Copa Águila en 2017. Semana reseñó que los fanáticos de los dos equipos felicitaron a los amigos por la iniciativa e incluso les pidieron fotografías.
Los amigos causaron tanto impacto que José Richard fue invitado por el equipo embajador y la Dimayor para que acompañara al equipo en la tarima, durante la celebración del triunfo. Por un momento José Richard fue un jugador más, mientras César era testigo de su alegría desbordante.
LA DURA VIDA DE JOSÉ RICHARD
El hombre contó que a los cinco años le dijeron a él y a su mamá que se quedaría sordo, tras acudir al médico porque estaba perdiendo la audición. Si bien asistió a un colegio especializado y aprendió lenguaje de señas, a los 15 años quedó ciego por el Síndrome de Usher, misma condición genética que le ocasionó la sordera.
En Colombia hay pocos intérpretes para sordociegos, por lo que José Richard tuvo que dejar sus estudios. Ingresó a otra fundación donde aprendió a descifrar el braile y a usar su bastón. Tres años después volvió al colegio y pudo graduarse, con la ayuda de dos intérpretes. No obstante, cuando se graduó no encontró oportunidades laborales y su vida parecía complicarse cada vez más, hasta que encontró a César.
Hoy José Richard está a punto de graduarse como panadero del Servicio Nacional de Aprendizaje Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) de Colombia. Su madre fue panadera y él ha declarado que le gusta y es muy bueno en el oficio. La Fundación Sin Límites S.C las personas como José Richard se preparan para lograr dar los primeros pasos hacia el éxito laboral en sus vidas.
César espera que José Richard no sea el único sordociego que pueda asistir a los partidos y tener la maravillosa experiencia de vivir un juego en vivo. Asimismo, gracias a la difusión de su historia, espera conseguir más apoyo para la organización.