Desconocido ofreció una bebida a una mujer en un bar y la dejó paralizada

Millie se encontraba celebrando en un bar con unos amigos, cuando un desconocido le ofreció “vodka con limonada”.
Redacción Vistazo
Los amigos se encontraban en el bar MooMoo cuando un desconocido se acercó a Millie y le dijo que probara una bebida.

Millie Taplin, una joven que vive en Essex, Inglaterra, fue hospitalizada después de tomar una bebida que le causó parálisis, mientras estaba en un bar con sus amigos. Según la madre de Taplin, ella tenía el rostro, las muñecas e incluso los dedos paralizados.

Según las primeras versiones, los amigos se encontraban en el bar MooMoo cuando un desconocido se acercó a Millie y le dijo que probara una bebida. Aparentemente era vodka con limonada. Momentos después, la joven se habría empezado a sentir mal.

Millie vomitó y poco a poco sus piernas y manos se fueron quedando rígidos, hasta paralizarse completamente. Tampoco podía ver o hablar así que los amigos llamaron a la hermana mayor para que la lleve a emergencias. La madre de Millie llegó horas más tarde y señaló que la devastó saber que su hija estaba consciente de lo que sucedía, pero no podía hacer nada.

La joven estuvo hospitalizada unas horas y luego se le dio de alta el pasado domingo 1 de agosto. Según el portal Echo News, Millie ya ha vuelto a hablar con normalidad, pero aún no puede realizar actividades desgastantes como correr. La joven agradeció a sus amigos por haberla ayudado en aquel momento.

“Recuerdo sentirme mal y tomar un poco de aire (...) entonces me enfermé y luego comencé a perder sensibilidad en mis manos y pies. Y luego mis manos empezaron a bloquearse", recordó.

Mientras tanto, la madre decidió subir un post a Facebook para alertar sobre los peligros de recibir alimentos o bebidas de parte de desconocidos.

“Por favor, sean cuidadosos cuando salgan. Mi hija fue muy afortunada porque sus amigos actuaron correctamente”, escribió en la publicación a la que le agregó una foto donde la joven se ve postrada y paralizada en una camilla, con las manos rígidas y una expresión de horror en el rostro.