Conflicto en la región etíope del Tigré: ONU reporta posibles "crímenes contra la humanidad"
Según lo anunciado por Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derecho Humanos, la situación en la región etíope del Tigré ha estado sumida en una "brutalidad extrema" y todos los involucrados pueden haber cometido "crímenes contra la humanidad".
La responsable presentó una investigación conjunta de la ONU y la Comisión Etíope de Derechos Humanos (CEDH) concluye que "existen motivos razonables para creer que todas las partes (...) cometieron violaciones del derecho internacional, de los derechos humanos, del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de los refugiados, algunas de las cuales pueden constituir crímenes de guerra y contra la humanidad".
El Gobierno de Etiopía ha aceptado los resultados de la investigación, pero los rebeldes tigriños la han considerado "defectuosa".
"Aunque tenemos reservas serias con respecto a algunos aspectos del informe, lo reconocemos y aceptamos como un documento importante que complementa nuestro esfuerzo continuo para brindar compensaciones a las víctimas, garantizar la rendición de cuentas y tomar medidas preventivas", escribió el primer ministro etíope Abiy Ahmed en un comunicado.
Esta investigación cubrió el período entre el 3 de noviembre de 2020, cuando el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (FLTP) atacó las posiciones de las Fuerzas de Defensa Nacional de Etiopía (ENDF) en la región de Tigray, hasta finales del pasado junio.
"El informe deja claro que los rebeldes del FLTP desencadenaron este conflicto y han cometido algunas de las violaciones de derechos humanos más atroces, aunque la comunidad internacional decidió ignorar o minimizar muchas de ellas", indicó Abiy.
"Aún así, reconocemos la necesidad de redoblar nuestros esfuerzos para investigar los preocupantes abusos que han sido cometidos por nuestro Ejército y otras fuerzas de seguridad", añadió el primer ministro.
Por su parte, el portavoz del FLTP, Getachew Reda, lamentó este martes que la metodología de la investigación fue "defectuosa" y no cubrió todos los lugares donde se cometieron "horrendos crímenes" en Tigray.
Según el portavoz, "la investigación no involucró a todas las partes interesadas" y "casi no se hizo ningún esfuerzo por contactar al Gobierno de Tigray".
Durante la presentación del documento, Bachelet reconoció que este informe no es exhaustivo y que "está claro que tenemos que investigar más" varios asuntos, como presuntos ataques de violencia étnica.
En respuesta, la directora de Human Rights Watch para el Cuerno de África, Laetitia Bader, pidió a la comunidad internacional "establecer urgentemente una investigación independiente que garantice un escrutinio internacional, la preservación de las pruebas y un camino allanado para que una auténtica rendición de cuentas".
La guerra entre Tigray y el Ejecutivo central de Etiopía estalló el 4 de noviembre de 2020, cuando el primer ministro etíope ordenó una ofensiva contra el FLTP en represalia por un ataque contra una base militar federal y después de una escalada de tensiones políticas.
Desde entonces miles de personas han muerto, unos dos millones se han visto desplazadas internamente en Tigray y al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, según datos oficiales.
Además, casi siete millones de personas afrontan una "crisis de hambre" por la guerra, según advirtió en septiembre el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU.