Supervivientes de Hiroshima honran la memoria de las víctimas al recibir el Premio Nobel de la Paz
Los habitantes de Hiroshima, al igual que los sobrevivientes recompensados el viernes con el Premio Nobel de la Paz, esperan que el mundo nunca olvide los bombardeos de 1945 en Japón, los primeros y únicos ataques atómicos de la historia.
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Susumu Ogawa tenía cinco años el 6 de agosto de 1945 cuando la bomba, lanzada por Estados Unidos, casi arrasó esta ciudad del oeste de Japón. Muchos miembros de su familia se encuentran entre las 140.000 víctimas.
"Mi madre, mi tía, mi abuela y mi abuelo murieron en el bombardeo atómico", declaró Ogawa a AFP, un día después de que el grupo de supervivientes Nihon Hidankyo recibiera el Premio Nobel de la Paz.
"Todas las armas nucleares del mundo deberían abandonarse. Nosotros conocemos el horror de las armas nucleares porque sabemos lo que pasó en Hiroshima", sentenció el hombre de 84 años.
En este sábado soleado, turistas y lugareños pasean por el parque del Memorial de la Paz de Hiroshima, donde la bomba "Little Boy" explotó con una fuerza equivalente a 15.000 toneladas de TNT.
Las temperaturas alcanzaron entonces los 7.000 Cº. Una tormenta de fuego absorbió el oxígeno del aire y los edificios ardieron a kilómetros de distancia.
El esqueleto de un edificio, designado como zona cero de aquella bomba, y una estatua de una niña con los brazos extendidos son recuerdos desgarradores de la devastación.
La edad media de los aproximadamente 105.000 supervivientes, conocidos como hibakusha, es de 85 años.
Tres días después de Hiroshima, el 9 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó una segunda bomba sobre la ciudad sureña de Nagasaki, que mató a unas 74.000 personas.
El grupo Nihon Hidankyo se fundó en 1956, con la misión de contar la historia de los hibakusha y presionar por un mundo sin armas nucleares.
Shigemitsu Tanaka tenía cuatro años en 1945. Hoy, este hombre de 83 años, es copresidente de Nihon Hidankyo y casi había perdido la esperanza de que el grupo ganara el Nobel, según expresó en una multitudinaria rueda de prensa celebrada el sábado en Tokio.
"Nuestros primeros miembros compartieron sus experiencias en Japón y el extranjero, pese a la discriminación y sus problemas de salud. Creo que [su mensaje] caló como la lluvia", afirmó.
"Nos enteramos de la noticia en un avión. Las palabras 'Hidankyo ha ganado' aparecieron en la pantalla y grité '¡Sí!'", añadió el responsable.
Terumi Tanaka, de 92 años, otro de los copresidentes, tenía 13 años y estaba en su casa en la ladera de una colina cuando la bomba cayó sobre Nagasaki.
"Quería ser soldado (...) Después, viví la experiencia de la bomba atómica. Cinco de mis familiares murieron", indicó y agregó: "Vi las atrocidades. Había cadáveres por todas partes".
Tanaka agradeció el premio, pero afirmó que el peligro de una guerra nuclear es muy real, casi 80 años después: "Yo soy una víctima, pero ustedes también podrían serlo en un futuro", sentenció.
El padre de Jiro Hamasumi estaba trabajando a unos cientos de metros del epicentro, cuando la bomba golpeó Hiroshima. Murió.
"Pensé en mi padre [cuando oí hablar del Nobel]", declaró.
El grupo Nihon Hidankyo tuvo que interrumpir sus actividades en 11 de las 47 prefecturas de Japón, en parte por el envejecimiento de sus miembros.
"Es duro, pero quiero seguir adelante. No quiero que Nihon Hidankyo cese sus actividades", concluyó Hamasumi.
El grupo recibió el viernes el Nobel de la Paz "por sus esfuerzos a favor de un mundo sin armas nucleares y por haber demostrado, mediante testimonios, que las armas nucleares no deben volver a utilizarse nunca más".