Los dos hijos de Evo Morales, Álvaro y Evaliz, llegaron este sábado a Buenos Aires en un vuelo comercial procedente de Lima, donde realizaron una escala tras iniciar el viaje desde La Paz.
"Cuidamos la familia, los hijos no responden por los crímenes de los padres", comentó el ministro interino de Gobierno (Interior) de Bolivia, Arturo Murillo.
Tras la dimisión de Evo Morales como presidente de Bolivia el pasado 10 de noviembre, varios funcionarios de su Gobierno buscaron asilo en la Embajada de México en La Paz, capital administrativa del país.
Pero no sólo lo hicieron sus compañeros políticos, sino también familiares como su hija, Evaliz Morales Alvarado, a quien la Cancillería interina boliviana le otorgó un salvoconducto para poder salir del país.
"Hemos decidido otorgar un salvoconducto a Evaliz Morales, para que reciba asilo en México, bajo el entendimiento de que la familia no es culpable de las acciones de su padre. Somos un gobierno que buscar pacificar nuestra nación", dijo Jeanine Áñez Chavez, actual presidenta interina de Bolivia.
Evaliz Morales, es fruto de la relación entre Evo Morales y Francisca Alvarado Pinto, exdirigente del movimiento político Eje Pachakuti. Y aunque ahora padre e hija mantienen una buenísima relación, lo cierto es que Morales no la reconoció como hija suya hasta que la niña tuvo siete años.
Fue tras una denuncia que Alvarado Pinto interpuso contra el entonces diputado, porque ni quería reconocerla como hija ni hacerse cargo de su manutención.
El conflicto llegó a su fin en 2002 y el exmandatario comenzó a enviar $150 por mes para sus gastos, según consigna el diario La Tercera.
Desde entonces, mantienen una relación de padre e hija. Evaliz se graduó en Derecho y en varias ocasiones cumplió funciones de primera dama, según recoge el periódico La Nación de Argentina.
"Hace unos meses tuve el orgullo de verte culminar tus estudios, hoy pude verte jurar como abogada. Como la primera profesional, serás un ejemplo para las nuevas generaciones de nuestra familia", escribió Morales en Twitter, tras la graduación de su hija.
Evaliz, de 25 años, es hija de Evo Morales y Francisca Alvarado, una antigua dirigente de un movimiento indígena, mientras que Álvaro es un año menor y su madre es Marisol Paredes.
Álvaro es hijo de Marisol Peredo, una docente rural. Nació en el Trópico de Cochabamba en 1995. Conoció a su padre a los 11 años, aunque para los medios fue conocido tres años después, en 2009, cuando protagonizó una entrevista en la que mostró las condiciones de pobreza en las que vivía y pedía ayuda para el tratamiento de su madre enferma.
" Yo le pido a mi papá que me ayude, nada más que eso. Una casa le pido, porque después, en toda mi vida no le he pedido nada", manifestó, entre lágrimas, Álvaro Morales Peredo, a los 14 años, ante una cámara de televisión.
Pasaron los años y la relación se recompuso. De hecho, hace unos meses, el hijo del expresidente se recibió en la carrera de Ingeniería Civil y Morales lo felicitó a través de las redes sociales. " Muy contento porque mi hijo Álvaro aprobó el examen final de Ingeniería Civil con un puntaje de 90 sobre 100", dijo. "Muchas felicidades, querido hijo, por este logro alcanzado con esfuerzo y disciplina. Sigue adelante para ser un buen profesional al servicio de nuestra sociedad", le deseó.
De los dos hijos, solo Evaliz Morales Alvarado, pareciera tener una inclinación hacia la política, como su padre. "Mi hermano es un poco más [reticente], no le gustan esas cosas. A mí siempre me ha llamado más esto, sobre todo por mis papás, que han tenido que ver", manifestó la joven abogada en una entrevista con el programa La Resistencia, que se difunde en radio Erbol.
Evo Morales se encuentra asilado en México desde el pasado 12 de noviembre, dos días después de que anunciara su renuncia al poder forzado por las Fuerzas Armadas.
Bolivia lleva sumida en un grave conflicto desde el día después de las elecciones del 20 de octubre, cuando comenzaron las denuncias de un fraude a favor de Morales, que fue proclamado después vencedor para un cuarto mandato consecutivo.