Caso Santiago Jaramillo reaviva el pedido de movilidad compartida y respeto al ciclista

Diana Holguín
La noche siguiente de la muerte de Santiago Jaramillo, los ciclistas se convocaron para exigir respeto en las vías. | Diana Holguín

 
Desde el lunes pasado, el nombre Santiago Jaramillo se ha vuelto sinónimo de una lucha que clama por justicia y respeto a los ciclistas en Ecuador.
 
Jaramillo, de 33 años, fue la última víctima de un accidente de tránsito, a bordo de una su bicicleta, en la vía Samborondón.
 
Su esposa, Ornella Zambrano lo recuerda como un hombre deportista. Fue basquetbolista en la Federación Deportiva del Guayas, pero su amor por la bicicleta empezó desde niño. “Decía que mientras pedaleaba podía estar en paz, pensar en todas las cosas”.
 
Ese cariño por este deporte hacía que sea muy prolijo con su equipo. “Cada vez que regresaba de las rutas, él mismo le daba mantenimiento a la bicicleta. Y si no tenía bien puestas las luces, si veía que tenía una falla, no salía”, comenta Zambrano, incluso “yo le decía que era un poco paranoico pero me respondía yo soy así, tengo que tener todo bien para salir”.
 
Jaramillo prefería las rutas nocturnas. Su esposa expresa que a decir de él, “había menos tráfico en la ciudad” para realizar el deporte. Generalmente salía desde su vivienda en Villa Club con dirección a la Puntilla y retornaba por el mismo camino, pero no iba solo, lo acompañaban Jaime Gallardo y Marco Caizapanta.
 
Con Caizapanta precisamente estaba el  día del suceso. Un vehículo lo golpeó a él y en su huida, arrolló a Jaramillo, quien murió producto de la imprudencia del conductor, mientras su compañero aún se recupera en casa.
 
El dolor de sus familiares y amigos han sido transmitidos en redes sociales, quienes han creado el hashtag #JusticiaparaSantiagoJaramillo para dar con el paradero responsable y que su caso no se convierta solo en una cifra más.
 
Este miércoles, el alcalde de Samborondón, Juan José Yúnez, presidió una reunión de mesa de seguridad del cantón, en la cual estuvo presente Zambrano.
 
El burgomaestre le entregó un video, que espera sea de ayuda para continuar con las investigaciones sobre el caso. Además se comprometió y dio la apertura para seguir trabajando junto a la familia y a las autoridades para que el suceso no quede en la impunidad. 
 
En este encuentro también se tomó la decisión de solicitar una vez más al Ministerio de Transporte y Obras Públicas el cambio de categorización de la Av. Samborondón, para que deje de ser considerada como una vía rápida.
 
 
Ciclistas en constante riesgo
La Agencia Nacional de Tránsito (ANT) registra hasta junio de este año 81 siniestros de tránsito en donde una bicicleta ha sido el vehículo involucrado. En la comunidad ciclista lamentan que estas cifras no dejen de aumentar.
 
Alberto Hidalgo, representante del colectivo Masa Crítica Guayaquil, señala que todos los días los “biciusuarios” tienen sustos en la calle. “El que hace ciclismo sabe que su vida corre peligro por circular en la ciudad y en dos meses tuvimos tres pérdidas. El principal problema es la mala conducción: por exceso de velocidad, no ceder el paso o conducir en estado etílico”, señala.
 
El colectivo organizó una “pedaleada blanca” la noche siguiente en la que murió Jaramillo. Alrededor de 500 ciclistas de Guayaquil se movilizaron por la ciudad hasta el ingreso a Isla Mocolí, el punto en donde ocurrió el incidente para exigir una mejor cultura vial.
 
“Esa cultura va de parte y parte, tanto de ciclistas como de conductores de vehículos, pero en general es un pedido de bajar la velocidad en las calles; eso es lo que nos está matando”, expresa Hidalgo. 
 
El deportista Juan Fernando Fernández, quien ha participado en triatlones y usa la bicicleta a diario como deporte, coincide con Hidalgo, pues señala que el problema radica no solo en el endurecimiento de penas, sino en la sociedad en general: “en el chofer, el ciudadano común que usa su carro, en el irrespeto a las leyes de tránsito, el no respetar el límite de velocidad o no guardar la distancia adecuada entre el carro y el ciclista”.
 
Alex Moreno, asesor legal de Masa Crítica Guayaquil, manifiesta que es necesario pensar en vías compartidas para que puedan circular todos los medios de movilidad como bicicletas, patines o scooters. “Lo que pedimos es que quienes administran las ciudades piensen en una nueva forma de movilidad y que necesitamos además la infraestructura necesaria”.
 
El arquitecto Ricardo Pozo, docente y coordinador del grupo de investigación Observatorio Urbano y Territorial, señala que recoger la opinión de ciclistas y peatones, que recorren la ciudad a diario, es importante para crear espacios seguro,s porque sus perspectivas son diferentes en cuanto al espacio público y el entorno físico.
 
“Hoy en día se plantea que lo peatones, ciclistas y vehículos compartan la vía. Este proceso es complejo porque estamos trabajando sobre ciudades pensadas (inicialmente) para la movilización en vehículo. Pero aunque es difícil se puede trabajar”, sostiene.
 
Pozo menciona que “el ciudadano piensa que la calzada es del vehículo y es verdad conceptualmente” pero  -continúa- “funcionalmente debemos pensar que si un peatón se baja a la calzada por cualquier motivo, hay que preservar su vida”.
 
“Siempre pensamos que el ciclista o peatón cometió un error pero lo que dicen los urbanistas y todos los conocidos en la temática es que el peatón y ciclista, por estar en inferioridad de fuerza, puede cometer un error pero no podemos perdonarnos que los vehículos no sepan cubrir esos errores, porque cuando eso ocurre pueden matar gente y esa es la diferencia”, señala. 
 
 
Cambios en infraestructura
Guayaquil puso en marcha un plan de movilidad que contempla un sistema de 100 kilómetros de ciclorrutas que atravesará de norte a sur y de este a oeste la ciudad. Los trabajos de construcción de la primera etapa comenzaron en junio y se prevé que el primer tramo esté listo en octubre. Este trayecto recorrerá 14 kilómetros desde el Malecón 2000, al este, hasta la avenida Barcelona, al oeste.
 
Gina Galeano, presidenta de la Mesa de la Movilidad Sostenible del Municipio, expresa que tendrá señalética como separadores de vías con reflectivos y semáforos especializados (con la imagen del ciclista cruzando) para los puntos más conflictivos.  
 
“Las ciclorrutas para que funcionen tienen que conectarse con otras. La idea es que estos espacios no sean invadidos”, dice Galeano, quien agrega que a más de los cambios físicos se trabaja en la implementación de un plan de seguridad vial para llegar a todos los niveles sociales, desde los más pequeños hasta los adultos.
 
“Cambiar esos patrones de comportamiento es un desafío, pero las autoridades estamos trabajando en un plan a través de varias estrategias como una escuela de educación vial. Si estamos mirando hacia la movilidad sostenible, debemos estar conscientes de que la ciudad ha dado ese giro y ese giro requiere el compromiso de todos”, expresa Galeano.
 
Zambrano, la esposa de Jaramillo, ahora más que nunca apunta a crear conciencia sobre el respeto a todos los que comparten la vía. “Mi idea es, más adelante, hacer una campaña para mejorar la movilidad porque la cultura automovilística es muy mala”.
 
Con esta idea, siente que es una forma de homenajear a su esposo, a quien recuerda como una persona carismática, que siempre ayudaba sin esperar nada a cambio. “Él creía que se podía crear un mundo mejor, ese es el legado que ha dejado, que quiero mantener y que se cumpla”, dice Zambrano, mientras aún espera que el caso no quede en la impunidad.