Existe mucha confusión sobre el tema del ‘turismo de vacunas’ en Estados Unidos. Muchas personas de diversos países cuentan historias de como han viajado al país norteamericano para ser vacunadas, sin ser residentes legales, ante los lentos procesos de inmunización que se viven en múltiples naciones.
Las historias no solo salen de ciudadanos comunes, sino también de las declaraciones de distintos funcionarios públicos de algunos lugares del mundo, que han dado a entender que el turismo de vacunas es posible. El último escándalo lo generó esta semana el alcalde de North Miami Beach, Anthony DeFillipo, después de informarle a un exfuncionario colombiano que en su ciudad estaban vacunando a personas (turistas) sin exigirle documentos de residencia estadounidense.
Sin embargo, el hombre tuvo que retractarse de esa información el pasado 26 de abril, ya que aclaró que quien decidía si una persona era o no elegible para ser inoculada, era el Departamento de Salud del estado y que, por el momento, el organismo se limitaba a inocular a residentes o “visitantes temporales”.
Pero estos últimos no son turistas, sino personas que tienen una segunda residencia en Estados Unidos y pasan varios meses del año en Florida. En su mayoría, este grupo de gente llega desde otros países u otros estados y pasan varios meses en este estado todos los años, por lo que ya cuentan con cierto estatus legal.
DISTRIBUCIÓN DE VACUNAS EN EE.UU.
Por otro lado, han surgido rumores de que Estados Unidos impondría fuertes sanciones y retiraría la visa de los turistas que se han vacunado sin ser residentes. Sin embargo, funcionarios de la embajada de EE.UU. en varios países han aclarado que el Gobierno no está castigando a los turistas que viajan para vacunarse en el país, por ahora las vacunas son solo para los residentes, estos tienen prioridad.
El método de distribución de vacunas en Estados Unidos ha sido polemizado y criticado incluso por sus residentes. Cuando empezó el proceso de inmunización, el año pasado, el entonces presidente Donald Trump decretó que las vacunas sean distribuidas en todos los estados con base en el tamaño de su población y no las necesidades específicas de cada territorio.
Mientras que en otros países se determinó una inoculación por fases o etapas, donde se priorizó al personal sanitario y ciudadanos vulnerables, en EE.UU. cada estado recibe su cargamento de vacunas y son los gobernadores quienes determinan cómo se va a distribuir entre la población.
El Centro para el Control de Enfermedades (CDC) también desarrolló su propio modelo de distribución, en el que dividió a la gente por grupos prioritarios. Así, primero estaban los médicos y las personas de ancianatos, luego ciudadanos con profesiones esenciales como policías, bomberos, enfermeros y mayores de 80 años. En una tercera etapa estarían los mayores de 65 o menores de esta edad con precondiciones; y finalmente, el grupo de personas entre los 17 y los 65.
El Tiempo informó que muchos de los estados siguieron las recomendaciones del CDC y las adaptaron a sus propias necesidades o criterios, pero en el proceso quedaron algunos puntos inconclusos.
Por ejemplo, mientras que para el estado de Virginia se creó una base estatal para que las personas se registraran y se les asignara un turno para cuando se abriera la vacunación de su grupo; la ciudad de Fairfax hizo y se encuentra aplicando su propia base con sus propias clasificaciones.
Muchos estados también dejaron esta decisión en manos de ciudades y condados, o, según el periodista Sergio Gómez Maseri, trasfirieron las tareas de distribución y planificación a los proveedores de salud y farmacias.

Los gobernadores son los responsables de la distribución de las vacunas en Estados Unidos. Foto: Pixabay.
LAS EXIGENCIAS PRE-VACUNACIÓN HAN CAMBIADO
El artículo de Gómez señala que al inicio de la vacunación en Florida no se exigía prueba de residencia ni verificación del grupo de vacunación, por lo que muchos residentes empezaron a quejarse de que ciudades como Miami estaban repletas de turistas que aprovechaban estos vacíos para vacunarse, o fingían tener condiciones médicas preexistentes para colarse en un grupo que no les tocaba.
“La irritación fue grande pues, como se sabe, si bien en EE. UU. la vacuna es gratis, los fondos para desarrollarla y para comprar las dosis suficientes salieron de los impuestos de los contribuyentes” indicó el periodista en su trabajo.
Ya en febrero el gobernador del estado, Ron DeSantis decretó que se exija la prueba de residencia y documentación sobre la preexistencia de una condición de salud. Sin embargo, esta última medida fue muy contradictoria porque a diferencia de otros países, en Estados Unidos no existe un documento de identificación único como la cédula de identidad. Lo más cercano es la licencia de conducir, en la que se establece la residencia de la persona, pero muchos no la tienen porque no manejan.
En otros estados aceptan otras formas de identificación, que van desde una planilla de servicios básicos hasta un contrato de arrendamiento o un carnet universitario. No obstante, ya que existen tantos puntos y entidades autorizadas para distribuir la vacuna, a veces esta prueba no es exigida. En Fairfax una persona puede registrarse en el sistema y agendar un turno para la inoculación. El sistema le pedirá su dirección, pero no hay un control para determinar si esta es real o no.
Una vez en el punto de vacunación los encargados solo piden un documento de identificación, el cual no necesariamente debe incluir prueba de residencia. Puede ser, por ejemplo, un pasaporte.
También se han reportado casos en los que los centros de vacunación aplican dosis a quien sea porque de lo contrario tendrían que desechar las fórmulas y muchos turistas han aprovechado esta ausencia de control para vacunarse.

En los puntos de vacunación de California no se exige prueba de residencia. Foto: Efe.
BAJA DEMANDA
En los primeros meses del año, la vacunación estaba restringida para los residentes de cada estado, pero con el paso del tiempo, muchos vacunan no solo a los residentes, sino a otros ciudadanos de Estados Unidos (no a los turistas).
El Tiempo recoge que hasta el pasado 15 de abril, 18 estados habían abierto sus puertas a no residentes de otros estados: California, Pensilvania, Míchigan, Puerto Rico, Nuevo Hampshire, Maryland, Carolina del Sur, Alabama, Luisiana, Indiana, Iowa, Minesota, Dakota del Sur, Dakota del Norte, Kansas, Colorado, Nuevo México, Nevada y Alaska.
Texas inicialmente tomó la misma decisión, pero ante las quejas de los ciudadanos, de que estaban en la fila y no todavía no habían sido inoculados, tuvo que revocar aquello y volver a la restricción. Actualmente el único estado que ha asegurado no exigir prueba de residencia para la inmunización es California, pero el requisito es formar parte del grupo que se está vacunando en el momento. No obstante, todos los estados del país han empezado a vacunar a los mayores de 17 años, incluso a las personas indocumentadas.
Lo que ha sucedido es que la demanda de vacunas también ha empezado a decaer. Los datos dicen que más de 140 millones de personas (casi la mitad de la población) han recibido al menos la primera dosis de la vacuna contra la covid, pero todavía hay muchos (especialmente republicanos o conservadores) han decidido no vacunarse. Además, algunas personas no están apareciendo en su cita para la segunda dosis, lo que ha generado un excedente de vacunas. Se sabe que tras determinado número de horas fuera del sistema de refrigeración, las fórmulas de Pfizer se pierden.Get vaccinated, folks.
— President Biden (@POTUS) April 25, 2021
Durante un fin de semana en Florida se alistaron 400 vacunas, pero solo se presentaron a los puntos de inmunización unas 75 personas. La caída en la demanda ha provocado que las residencias de exigencia sean cada vez menores y que muchos turistas se cuelen para inocularse.
Sin embargo, en unos días la FDA autorizará el uso de la vacuna de Pfizer para mayores de 12 años y se espera que la demanda suba temporalmente.
COMPARTIR VACUNAS
A todo esto, se suma que EE.UU. tiene reservas de otras marcas como Johnson & Johnson y Moderna, por lo que se estima que volverán a presentar sobrantes. El país se encuentra presionado por otros organismos para que distribuya esos excesos a otros lugares donde sí necesitan las vacunas o que abran las puertas de manera oficial al turismo de vacunas.
El lunes 26 se anunció que Estados Unidos donará 60 millones de dosis de AstraZeneca a otros países y quizá continúe las donaciones en el futuro. Por el momento, las posibilidades de vacunarse sin ser residente en EE.UU. han sido obra del azar, excepto en el estado de California.