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Nacional

Vuelos internacionales a Galápagos. ¿Son viables?

miércoles, 15 julio 2020 - 04:53
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La Ley de Apoyo Humanitario, aprobada por la Asamblea el mes pasado para enfrentar la crisis provocada por la pandemia de Covid19, dejó en el tapete un tema a debatir: la posibilidad de que lleguen vuelos internacionales a las Islas Galápagos.

El archipiélago, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, depende 80% del turismo, según la Cámara Provincial de Turismo de Galápagos. Con la suspensión de los vuelos comerciales para evitar la propagación de la Covid19, las islas dejaron de recibir turistas.

Tras casi cuatro meses sin actividad, este mes reabrieron los principales atractivos del Parque Nacional Galápagos, pero aún no se reanudan los vuelos comerciales de Quito y Guayaquil a las islas.

Cuando se reanuden los vuelos, los turistas, tanto nacionales como extranjeros, deben contar con una prueba PCR con resultados negativo. Esta prueba debe ser presentada en los aeropuertos de Quito y Guayaquil, antes de su viaje a las islas.

Galápagos, con terminales áreas en San Cristóbal y Baltra, sólo recibe vuelos de los aeropuertos internacionales Mariscal Sucre y José Joaquín de Olmedo.

En la Ley Humanitaria, una disposición transitoria dispone que el Consejo de Gobierno del Régimen Especial de Galápagos, los ministerios de Turismo y Ambiente, y la Agencia de Regulación y Control de la Bioseguridad para Galápagos, realicen informes técnicos sobre la conveniencia de activar los aeropuertos de las islas para vuelos internacionales directos.

Andrés Ordóñez, director ejecutivo de la Cámara Provincial de Turismo de Galápagos, considera que los sectores involucrados deben discutir la propuesta “para determinar si esta posibilidad es realmente una oportunidad”; y, además, se garantice el cumplimiento de las condiciones de conservación del ecosistema.

Ordóñez expone posiciones a favor de la propuesta, como ampliar los puntos de partida de vuelos para que Galápagos no dependa exclusivamente de Quito y Guayaquil. Según cifras de la Cámara de Turismo, de marzo a mayo de 2019, el turismo en las islas representó US$ 220 millones; en el mismo período de este año, 0.

El directivo indica que una posibilidad es que lleguen vuelos de hubs (centros de conexiones) de Panamá o Costa Rica, por tener una distancia similar entre Ecuador territorial y Galápagos. De esta manera, llegarían aviones similares a los que llegaban a Galápagos antes de la pandemia (A320 y A319) y no cargarían combustible en las islas.

A Galápagos no llegan vuelos internacionales porque las pistas de San Cristóbal y Baltra no tienen las características para recibir aviones grandes y porque ninguno de los aeropuertos de esas dos ciudades tienen categoría internacional, según explica en su blog Nicolás Larenas, corresponsal aeronáutico y consultor en esta área.

Además, porque los aviones que llegan a las islas deben tener la autonomía suficiente para ir y volver a su destino, pues no hay reabastecimiento de combustible por los costos y el limitado acceso a las islas.

El ecosistema del Archipiélago es otra razón por la que actualmente el acceso a Galápagos es desde Quito y Guayaquil. Tarsicio Granizo, director de WWF en Ecuador (Fondo Mundial para la Naturaleza, por sus siglas en inglés) y ex ministro del Ambiente, señala que el principal problema para Galápagos es el ingreso de especies invasoras.

En los aeropuertos de Quito y Guayaquil hay controles para evitar la incursión de especies ajenas a las islas que pueden poner en peligro el ecosistema.

“Uno de los problemas más serios que tiene el Archipiélago son las especies introducidas que amenazan a las especies nativas. No estoy hablando de grandes especies, sino de semillas y plantas que también son un peligro. Al eliminarse esos filtros, es más riesgoso el ingreso de especies”, explica Granizo.

La Agencia de Regulación y Control de la Bioseguridad para Galápagos es un organismo estatal que se encarga de estos controles. “Hay más de 1.400 especies introducidas, y no me refiero solo a gatos, perros o chivos, también plantas, microorganismos o insectos, que están introducidos desde hace mucho tiempo.

Granizo indica que la agencia tiene incluso perros entrenados para detectar frutas frescas en los aeropuertos antes de viajar a Galápagos porque su ingreso está prohibido. “Los otros países son soberanos. ¿Cómo se les puede exigir que tengan los filtros de seguridad para ir a Galápagos?”, agrega.

Además, el director de WWF en Ecuador advierte también que el número de turistas que ingresa a Galápagos no puede aumentar.

Según la Cámara de Turismo de Galápagos, el año pasado las islas recibieron 271.000 turistas; y en 2018, 275.000. Ordóñez, del gremio turístico, aclara que si los vuelos internacionales son con los aviones A320 y A319 no hay que ampliar pistas ni aeropuertos, ni construir uno nuevo.

“En el supuesto de que tengamos vuelos internacionales, no significa que vamos a tener 400.000 ó 500.000 turistas. No queremos que se masifique, hay que definir frecuencia y número de vuelos, capacidad, etc.”.

Pero Granizo comenta que siempre hay presiones del sector turístico por aumentar el cupo de turistas a Galápagos. Por ello, agrega que cualquier decisión que se tome no puede ser política; “tiene que estar basada en la técnica y la ciencia”.

 

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