El primer hecho violento ocurrió la noche del pasado miércoles en el sector de La Mariscal, cerca a las oficinas del Ministerio de la Mujer. Por este caso, se capturó a seis personas. Unos abandonaron el vehículo y otros habrían lanzado un líquido inflamable al automotor desde una motocicleta. El carro tenía un artefacto con mecha lenta, lo que produjo un incendio y explosión. No hubo víctimas.
“Unidades especializadas encontraron que en el interior del vehículo había cilindros de gas, además el carro estaba reportado como robado”, informó Fausto Salinas, comandante general de la Policía Nacional.
De los seis detenidos, uno era de nacionalidad colombiana:
-Luis Darío M., de 29 años, quien posee antecedentes por robo hace 60 días.
-Hugo Andrés, de 31 años, registra dos antecedentes por robo.
-Carlos Alfredo Ch., de 34 años, cuenta con siete antecedentes penales por tenencia de arma no autorizada, robo y asesinato.
-Marco T., de 29 años, no registra antecedentes.
-Christian Andrés B., de 29 años, quien tiene tres antecedentes por tenencia y posesión ilícita, asociación ilícita y robo.
-Anthony D., colombiano de 29 años, no registra antecedentes.
A estas personas se les encontró varios elementos que podrían dar la certeza de que participaron de una u otra manera en el atentado: un vehículo, dos armas de fuego, un carro reportado como robado (el incinerado), una motocicleta quemada sin placas y cinco terminales móviles. Los sujetos fueron puestos a órdenes de las autoridades competentes.
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El ministro del Interior, Juan Zapata, señaló que tres implicados habían sido detenidos hace dos meses y dejados en libertad posteriormente, tras recibir medidas sustitutivas.
Pero lo asombroso es que hace 15 días, esas mismas tres personas fueron capturadas por el robo de un camión valorado en 140.000 dólares en el sector de la Mitad del Mundo. La causa fue archivada.
“Como Estado, tenemos que decirles a algunos jueces: ¿Hasta cuándo tenemos que seguir soportando la impunidad?”, afirmó Zapata con un golpe en la mesa. Agregó que la impunidad es el peor daño que se le hace a la seguridad del país.
Así mismo, el ministro de Gobierno, Henry Cucalón, mencionó que las acciones tomadas por las autoridades para desarticular a las organizaciones criminales han generado reacciones que pretenden frenar las intromisiones en los centros penitenciarios.
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Horas después del primer atentado, se reportó una camioneta bomba en la avenida 12 de Octubre y Wilson, con similares características. En el interior había dos cilindros de gas, que explotaron y produjeron la destrucción del automotor, así como daños en los exteriores del edificio del SNAI.
“Personal policial acudió al lugar para recabar indicios y determinar las causas de esta acción que tampoco registró víctimas y que causó daños materiales tanto al vehículo como a la entidad pública”, reiteró el comandante Fausto Salinas.
Agregó que por este caso hay cuatro personas detenidas, también con antecedentes: Jorge P., Joselyn R., Damián Q. y Andrea C. En su poder se halló un taco de dinamita, cinco municiones, terminales móviles, entre otros objetos.
A estas personas se suman dos sospechosos más que fueron detenidos en el sector de La Delicia, Cotocollao. Estos ciudadanos eran investigados por microtráfico y, al ser abordados por la Policía, encontraron sustancias sujetas a fiscalización y tres objetos explosivos tipo granada.
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La Policía maneja la hipótesis de que estos atentados podrían ser una represalia a las acciones ejecutadas por las Fuerzas Armadas y la Policía en centros penitenciarios.
De hecho, Fausto Salinas subrayó que el primer vehículo fue colocado cerca del Ministerio de la Mujer. Precisamente, ese edificio antes contenía oficinas del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI).
El segundo coche bomba también fue puesto en el edificio de la institución encargada de las cárceles. “Creemos que el origen del atentado estaba dirigido contra los edificios del SNAI”.
Además, se investiga a qué organización pertenecen los implicados en los hechos violentos.