“Ya estoy aquí, mijita, te traje una fundita de caramelos y al osito que siempre le cuidabas. Por qué te fuiste, por qué no me avisaste”, dice entre lágrimas Arturo Espinosa, un taxista que cada vez que pasa por el Cementerio Jardines de Santa Rosa, al sur de Quito, recuerda a su hija, quien murió de una forma aún no esclarecida.
Diana Espinosa, de 29 años, era ingeniera en contabilidad y auditoría. Por mucho tiempo trabajó en bancos y empresas privadas, pero durante la pandemia quedó desempleada, por lo que aplicó a un puesto en una cooperativa. Además, se preparaba para un curso de oficial especialista en las Fuerzas Armadas.
Sus sueños quedaron truncados el 19 de mayo del 2021, cuando Diana junto a su novio transitaban en un auto por la calle Balzar y Pimampiro, sector de San Bartolo.
Inicialmente, el implicado dijo a la familia de la mujer, que supuestamente intentaron asaltarlos. Uno de los presuntos delincuentes habría abierto la puerta de Diana, pero él aceleró y ella cayó. El sospechoso no se dio cuenta y le pasó con el carro. Ante esto, el caso empezó a ser investigado como una muerte culposa por accidente de tránsito.
Así lo relata Arturo Espinosa, quien rechaza esta versión y cree que su hija falleció por femicidio. De hecho, testigos contaron que la pareja fue vista peleando en el vehículo.
Entre gritos, Diana pedía al sujeto que le devuelva la cartera y el carro, que hace pocos días había comprado. Luego se habría bajado y puesto sus manos en el capó para evitar que el hombre se fuera, pero este habría acelerado y arrollado a la joven.
Según la familia de la víctima, la mujer fue atropellada dos veces y por poco una tercera. “Unos jóvenes han estado comiendo pizza a unos 30 metros del accidente. Ven lo que estaba pasando y le lanzan piedras para que no le atropelle otra vez”, dijo el padre.
Pasadas las once de la noche, Diana llegó al Hospital Enrique Garcés como NN (ningún nombre). Después de estar algunos días internada, el 22 de mayo del 2021, murió por un trauma craneoencefálico. En ese momento, la familia recién se enteró del calvario que había pasado Diana, quien era madre de un niño de 10 años.
“El novio nos dijo que estuvo todo el tiempo con ella, que no la había dejado sola y que supuestamente mi hermana había dicho que no nos avise porque se iba a recuperar. Pero los médicos manifestaron lo contrario”, relata Malena Espinosa, hermana de la fallecida.
INDICIOS DE UN FEMICIDIO
Diana vivió algunos años en Latacunga con el padre de su hijo, pero se separaron y regresó a Quito. Se reencontró con su amor de la adolescencia, sin saber lo que pasaría tiempo después.
“Mi hermana cambió bastante cuando volvió con su pareja, se separó totalmente de nosotros. Los vecinos y las amistades cuentan que él era muy controlador”, narra Malena, quien lamenta que su hermana no le haya contado lo que estaba pasando.
“Pero sentía algo raro porque venía un rato y decía que tenía que irse”. Además, se enteraron de que al día siguiente del fallecimiento, el sospechoso llamó a la exdueña del auto para que lo ponga a nombre de él. La señora dudó y no lo hizo.
Según el padre de la occisa, en la reconstrucción de los hechos, se evidenció que el carro estuvo parado unos siete u ocho segundos y luego la habría atropellado. “Pensó todo lo que iba a hacer”.
Por su parte, los exámenes médicos determinaron que la mujer tuvo un golpe en la cabeza, similar a la caída de un segundo piso. Mientras que las pruebas psicológicas del presunto culpable, coinciden en que es una persona agresiva.
PROCESO JUDICIAL
El pasado 13 de enero, el fiscal de tránsito desistió de la formulación de cargos porque mencionó que había hechos referentes con el delito de femicidio. Por ello, el caso debía pasar a la Fiscalía Especializada de Género.
No obstante, el nuevo fiscal, que investiga el hecho, obvió esta solicitud y nuevamente pidió audiencia de formulación de cargos por muerte a causa de un accidente de tránsito.
“Ante esto, pusimos una queja y acción de protección en contra del fiscal. Así mismo, realizamos una solicitud para que el caso se envíe a la Fiscalía de Género”, dijo Freddy Ron, abogado de la familia de la víctima.
La defensa de Diana Espinosa está a la espera de que se estipule el día y hora de la audiencia de formulación de cargos. Seguirán manteniendo el argumento del fiscal anterior sobre el presunto delito relacionado con violencia de género.
“Aspiramos a que la justicia llegue a darse cuenta de que este es un delito de homicidio ocultado y maquillado por parte del agresor para que pueda hacerse una muerte por accidente de tránsito”, agregó el jurista.
Por un delito de tránsito, una persona puede ir la cárcel hasta 3 años, por la naturaleza culposa. Mientras que el delito de femicidio sanciona con hasta 34 años y ocho meses de privación de la libertad, según estipula el Código Orgánico Integral Penal (COIP).
EXIGEN JUSTICIA
“Es un sufrimiento profundo. Este señor está en libertad y nadie dice nada. Es bastante doloroso, no podemos asimilarlo. Mientras el tiempo pasa, el dolor se vuelve más intenso y el Estado no hace nada”, relata Arturo Espinosa.
Agrega que su esposa está psicológicamente afectada y el hijo de Diana pregunta constantemente por ella.
EL AÑO MÁS LETAL
El 2021 fue el año más letal para las mujeres, pues cada 44 horas se cometió un femicidio en Ecuador. En total, la fundación ALDEA, como parte de la Alianza para el Mapeo y Monitoreo de los Feminicidios, contabilizó 197 muertes violentas de mujeres por razones de género. De estas 99 víctimas eran madres y 43 habían reportado antecedentes de violencia.
Mientras que la plataforma FemicidiosEC, del Consejo de la Judicatura, calcula 67 femicidios y 160 muertes violentas de mujeres en el 2021. En lo que va del 2022, ya se reportan tres femicidios y 17 muertes violentas.