El Metro de Medellín (Colombia), en consorcio con la empresa privada francesa Transdev, y el Metro de Sao Paulo (Brasil) son los oferentes finales para operar el Metro de Quito, que fue construido por la empresa española Acciona.
Ambas ofertas quedaron en manos de un comité que hará la evaluación de cada una de ellas para nombrar un ganador en julio y firmar el contrato de operación en agosto, explicó el gerente general del Metro de Quito, Efraín Bastidas, durante el acto de recepción de las ofertas.
"Con el contrato firmado para la operación del Metro de Quito habríamos dado el paso definitivo para poner en marcha este subsistema de transporte moderno y eficiente, porque en diciembre de 2022 inicia el viaje", dijo Bastidas.
Tanto las empresas que forman parte del consorcio franco-colombiano como la firma brasileña eran parte de las doce compañías que habían expresado interés en quedarse con la operación temporal del que será el primer subterráneo de Ecuador.
Sin presentar una oferta quedaron dos empresas públicas españolas: Renfe, empresa ferroviaria más grande de España, y TMB, operadora del Metro de Barcelona, así como la Empresa de Transporte de Pasajeros Metro de Chile y la del Metro de Santo Domingo.
También habían mostrado interés la ítalo-nipona Hitachi Rail STS, las francesas RATP DEV y Keolis, y la alemana Deustsche Bahn.
El Metro de Quito, cuya construcción comenzó en 2013, será el primero de Ecuador y recorrerá la capital del país andino de norte a sur a lo largo de un recorrido de 22,6 kilómetros, donde hay construidas 15 estaciones en las que pararán una flota de 18 trenes, que se encuentran en la fase final de las pruebas de integración.
La obra, cuyo costo supera ya los 2.000 millones de dólares, está pendiente de la entrega final a la espera de que el Municipio quiteño concrete finalmente el contrato de operación, tras varios intentos infructuosos.