La madre de Nicolás Fabián Wrubleski está desconsolada. Hace tres meses su hijo de nacionalidad argentina no aparece. El joven había llegado a Quito como mochilero para viajar a Montañita, Santa Elena.
El 7 de julio de 2022 fue la última vez que Liliana, madre de Nicolás, pudo hablar con su hijo de 24 años. Ese día, desde un teléfono prestado le dijo que había llegado a Ecuador y que tenía previsto dirigirse hacia Montañita.
Sin embargo, según el medio MDZ, durante la conversación Nicolás también le contó a su madre que aún estaba en Quito, provincia de Pichincha, recuperándose de las heridas en una pierna provocada por un grupo de desconocidos en medio de un confuso episodio.
Era la segunda vez que lo atacaban: en marzo, en un robo, había perdido toda su documentación, el celular y el poco dinero que le quedaba, señaló el mismo medio argentino.
Cuando terminó esa llamada, el teléfono de Liliana no volvió a sonar. Con el pasar de los días, la desesperación de la mujer por no saber nada de su hijo ha ido en ascenso.
“Hace dos días recibí el llamado de un mochilero de aquí de Posadas, que había visto mis mensajes en redes buscando a Nico, y me dijo que lo había reconocido, vagando desorientado, en una plaza de Quito, pero que estaba muy mal, muy deteriorado”, contó Liliana a MDZ.
La mujer agregó: “Mi hijo cayó en las drogas y está muy mal, está tirado en la plaza y aún el consulado y la Embajada argentina no han respondido a mis reclamos para que le den ayuda”.
Frente a ello, la mamá de Nicolás decidió viajar para traer a su hijo de vuelta a casa. Pero su condición de pensionada no le ha permitido aún reunir el dinero que necesita para pagar el pasaje.
El pasado 22 de octubre, la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec) emitió en Twitter una alerta para localizar a Nicolás.
"Por favor, si crees haberlo visto comunícate a: 0995601228", señaló la asociación.
Nicolás mide 1,80, tiene tez blanca y contextura delgada. Además, tiene dos tatuajes fáciles de reconocer: un diamante en el dedo medio de la mano izquierda y otro más grande en la pantorrilla derecha.
El 30 de septiembre del año pasado, Nicolás preparó su mochila y desde Posadas, Misiones, orientó la brújula hacia Europa. Su sueño, según contó su mamá a MDZ, era recorrer primero varios países de Latinoamérica hasta reunir los fondos necesarios para cruzar el océano hacia el viejo continente.