Lo que se sabe sobre el ataque narcoterrorista contra un helicóptero militar ecuatoriano, en la frontera con Colombia
Un helicóptero militar ecuatoriano fue objeto de un ataque armado este jueves mientras realizaba un sobrevuelo.
Un helicóptero militar ecuatoriano fue objeto de un ataque armado este jueves mientras realizaba un sobrevuelo sobre una área donde se identificó un laboratorio de procesamiento de cocaína.
El ataque narcoterrorista ocurrió en el sector el Derrumbe del cantón San Lorenzo, de la provincia de Esmeraldas, cerca de la frontera con Colombia.
El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) informó que la aeronave recibió nueve disparos de armas de fuego de largo alcance, causando impactos en el fuselaje, aunque sin poner en riesgo la vida de la tripulación ni el funcionamiento del helicóptero.
El incidente ocurrió luego de que en el sitio se intensificaron las operaciones militares aerotransportadas de unidades especiales de FF.AA. para la destrucción y captura.
La zona es conocida por ser utilizada como corredor por bandas criminales ecuatorianas y disidencias de las FARC para el traslado de cocaína hacia puertos ecuatorianos.
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El helicóptero, identificado como un modelo Fennec de matrícula AEE-384, transportaba a un grupo de militares expertos en neutralización de artefactos explosivos hacia la zona del laboratorio de drogas.
A pesar del ataque, la tripulación pudo ejecutar una maniobra para regresar a San Lorenzo sin lamentar víctimas humanas. El ejército destacó la pericia de los pilotos y el profesionalismo de los soldados que participaban en la operación militar.
Este suceso se enmarca en el contexto del estado de excepción y "conflicto armado interno" declarado por el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, contra las bandas del crimen organizado, consideradas como grupos terroristas y actores beligerantes no estatales.
Ecuador ha enfrentado un aumento significativo de la violencia vinculada al narcotráfico y a las disputas entre bandas criminales, lo que ha llevado a una escalada de homicidios en prisiones y en las calles, con una tasa de alrededor de 45 homicidios por cada 100,000 habitantes registrada a fines de 2023.
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