Microglanis berbixae es el nombre científico de la nueva especie de pez descubierta por integrantes del Centro de Investigación de la Biodiversidad y Cambio Climático (BioCamb) de la Universidad Indoamérica.
El trabajo de investigación consta en un artículo científico publicado en la revista Neotropical Ichthyology, indexada en Web Of Science y SCOPUS, donde se describe la nueva especie de bagre de la cuenca del río Esmeraldas, desconocida hasta el momento para la ciencia.
La nueva especie se distingue de las anteriormente conocidas por una combinación única de características externas: patrón de color de cabeza y cuerpo, uniforme, marrón pálido, amarillento o grisáceo, sin ningún tipo de manchas, bandas o puntos, solo una banda transversal semilunar, oscura o negra.
Según la artículo científico, el pez tiene diferencias morfométricas, como las distancias entre las aletas dorsal y pélvica, y entre las fosas nasales posteriores. Algunas características osteológicas se comparan con las observadas en especies de Pseudopimelodidae que habitan en el Pacífico de Colombia y Ecuador y con algunas otras especies de Microglanis.
La investigación fue realizada bajo la dirección del Dr. Ibon Tobes, con la colaboración de la Ms.C. Ana Sofía Falconí, en conjunto con Jonathan Valdiviezo, curador de la Colección de Peces del Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO) y el Dr. Francisco Provenzano de la Universidad Central de Venezuela.
El artículo es el resultado de un largo proceso de trabajo que comenzó en 2016 con una campaña de investigación de los ríos del noroccidente de Quito, en el entorno de Mashpi, un territorio reconocido internacionalmente por su excepcional biodiversidad, pero del cual todavía se desconoce mucha de su riqueza natural.
Debido al valor ambiental, estos territorios han sido reconocidos por la UNESCO como parte de la Reserva de la Biosfera del Chocó Andino, con el objetivo de promover la conservación de sus ecosistemas y especies.
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El descubrimiento de esta nueva especie dentro del Distrito Metropolitano de Quito pone en evidencia la necesidad de llevar a cabo más investigaciones científicas que nos permitan conocer mejor nuestro patrimonio natural, entender su importancia y valorizar todos los beneficios y oportunidades que nos puede ofrecer”, comentó Tobes.