Incidentes en los pabellones 2, 4, 8 y 9 de la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, desencadenaron la masacre en la que murieron 13 personas privadas de la libertad (ppl) y otros 18 resultaron heridos.
En rueda de prensa, el comandante de la Zona 8, Víctor Zárate, dio detalles sobre los protocolos activados el miércoles 5 de octubre dentro del recinto carcelario, en la que intervino personal policial y militar, y que concluyeron a las 15h00 del jueves.
Los fallecidos fueron trasladados al departamento médico legal para su reconocimiento e incluso algunos familiares ya han retirado los cuerpos. Mientras que los seis agentes que fueron heridos por disparos se recuperan en el hospital de la Policía.
Zárate indicó que unidades de inteligencia penitenciaria investigan la motivación de la revuelta. Asimismo, detalló lo hallado dentro de los pabellones tras las requisas:
3 pistolas calibre 9mm, 1 fusil calibre 223, 4 alimentadoras 9 mm, 1 alimentadora de fusil, 4 granadas tipo militar, 2 cargas explosivas,482 municiones 9 mm, 832 municiones calibre 223, una munición 762, 46 machetes artesanales, 23 armas cortas, 45 celulares, 1 tablet, alrededor de 23 fundas con marihuana, 3 fundas de cocaína y 70 envolturas, más 28 dólares.
No se descartan otras intervenciones en diferentes pabellones, para precautelar la seguridad de los presos y de las visitas, sostuvo el comandante.
NO TENÍAMOS BLINDADOS
Zárate también informó que los policías y militares que participaron en el operativo no tenían vehículos blindados para aproximarse a la Penitencíar, y debido a aquello resultaron heridos los seis policías.
"Hay que entender que el policía tiene su equipo básico de dotación, que es el chaleco antibalas, su casco, sus armas primaria y secundaria", indicó el comandante, al agregar "anteriormente, teníamos los blindados de las Fuerzas Armadas que nos permitía el ingreso y la cobertura, la protección para poder acercarse a los filtros".
En esta ocasión por el mantenimiento que tienen (estos vehículos), "no los teníamos y (los policías) tuvieron que avanzar, y lastimosamente se dieron los seis heridos".
Recordó que las tanquetas antes estaban ubicadas en la Penitenciaría, por lo que están haciendo las coordinaciones para que se mantengan en caso de que se presente otra novedad similar.
Apuntó que es necesario brindar la seguridad necesaria a los agentes para realizar este tipo de intervención.
ACTUACIÓN POLICIAL
Respecto a los hechos de represión contra los familiares de reclusos, en los exteriores de la Penitenciaría, Zárate dijo: "lastimosamente hay situaciones que se salen de las manos (...) Estamos dentro de un proceso investigativo y si hay que sancionar a quien haya que sancionarle, iniciaremos ese proceso".
El comandante, además, se solidarizó con los agredidos, entre ellos trabajadores de medios de comunicación.
No obstante, consideró que "un exabrupto" de un servidor policial, a quien ya tienen identificado, no puede empañar todo el trabajo de la Policía Nacional.
Al ser interrogado sobre las acciones anunciadas por organizaciones de Derechos Humanos en contra de los uniformados, el comandante respondió: "todo el mundo habla de acciones legales, lastimosamente en contra de la Policía Nacional. Yo les preguntaría ¿y acciones legales contra los que hirieron a los servidores policiales? Todos pensamos que la Policía hacemos las cosas mal, al contrario les preguntaría ¿Qué pasaría si la Policía o los hombres de bien, porque tenemos de todo, no controlarían lo que pasó en las cárceles?".
Añadió que no debe verse solo lo malo, "veamos la gente que está poniendo el pecho a las balas, que están saliendo heridos, nadie habla de ellos. ¿Por qué no hablamos de los 40 servidores policiales que han muerto a nivel nacional?".
El Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH) de Ecuador denunció una desproporcionada represión contra los familiares de reclusos en la Penitenciaría, donde se produjo una nueva masacre de reos, en lo que consideró como un probable "escenario de genocidio" carcelario.
El CDH, en un comunicado, denunció que familiares de los reos, sobre todo mujeres, que clamaban por información sobre la situación de sus parientes, donde se produjo la masacre, fueron agredidas por policías.