Han pasado tres meses desde el fallecimiento de Jaime Villagómez y hasta el momento no hay una idea clara sobre los motivos de su asesinato. Los investigadores sospechan que podría tratarse de un crimen motivado por odio o envidia, de lo que quizás ni la víctima era consciente. Mientras tanto, el único detenido en este caso pretendía salir en libertad. Sobre el autor material e intelectual no se sabe nada.
A sus 35 años, Jaime cumplía todos sus sueños: trabajaba en una empresa de telefonía celular y estaba a punto de casarse. Junto a su novia habían iniciado un hogar en Ciudad Celeste, en Samborondón.
Su familia lo define como un joven generoso,descomplicado, animalista y trabajador. “Nosotros queríamos que él estudie tiempo completo en la universidad. Así lo hizo el primer año y medio, le pagábamos sus estudios, pero a él no le gustaba eso, decía que quería trabajar. Se cambió a la modalidad nocturna y terminó pagándose su carrera”, comenta su madre Yamne Fayad.
Pese a que los dos últimos años, Jaime se comprometió y vivía fuera de la casa de sus padres, siempre los iba a visitar para conversar de todo lo que le pasaba. Nunca avisó a su familia sobre algún tipo de amenaza, por eso no tienen ningún indicio de por qué lo mataron.
“Creo que ni mi hijo sabe la causa de su muerte. La policía dice que aparentemente es un crimen de odio, envidia, alguna cosa personal. No tiene nada que ver con lo criminal”, señala su padre, Jaime Villagómez Barreiro.
El pasado 20 de mayo, Jaime había llegado a su casa cansado, no pretendía salir, pero luego llegaron unos amigos que lo convencieron de ir a tomar cervezas en la Plaza Gastronómica del Buijo Histórico, en Samborondón. Aceptó sobre todo porque quería celebrar su ascenso laboral.
Él y su novia estaban sentados en una mesa junto a otras personas, cuando de pronto llegó un hombre, quien le disparó siete veces y luego huyó. Jaime quedó en el piso en medio de un tumulto de gente que observaba la escena, mientras su novia lloraba y pedía ayuda.
Días después, Jimmy S. R., quien habría manejado el carro en el que iban los sicarios, fue capturado. En este crimen hay otros involucrados, todos en libertad.
Este jueves, 25 de agosto se realizó una audiencia de apelación solicitada por el único detenido, quien argumentaba que él solo conducía el carro en el que iban los gatilleros, pero no sabía que iban a matar al hombre. Por ello, solicitaba ser liberado. La Sala Penal negó este recurso y seguirá en prisión preventiva.
Lo cierto es que no es un simple chofer. El sujeto tiene antecedentes penales relacionados por delitos contra la vida y tenencia de armas. Mientras que el vehículo estaba registrado en una aplicación de taxis. Sobre los otros implicados no ha querido decir nada, se acoge al derecho al silencio.
“Yo diría que es uno de los actores principales, no es un mero conductor. Cuando lo detuvieron él ya tenía un abogado esperándolo, este le dijo que no diga nada, que en tal instancia quedaba libre”, recuerda el padre de la víctima.
La familia de Jaime también fue investigada, pero todos quedaron exentos de cualquier situación, lo mismo pasó con la víctima, no tiene antecedentes penales. “Lo irónico es que la víctima y su familia tienen que demostrar que son inocentes”, dice la madre.
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La lucha por justicia de esta familia se ha vuelto una interminable pesadilla. No han podido llorar la muerte de Jaime porque están en constantes diligencias, de lo contrario, saben que no habría avances en el caso.
“El dolor que estamos sintiendo por la pérdida de nuestro hijo es inexplicable, es como que a uno le desgarran el corazón y la vida”, menciona Yamne Fayad, su madre.
Al inicio las investigaciones corrían rápido, ahora sucede todo lo contrario. La angustia aumenta con el pasar de los días porque la instrucción fiscal se cumplirá el 22 de septiembre. Luego de esa fecha no se podría vincular a más sospechosos y solo se obtendría la sentencia del supuesto conductor.
“No podemos permitir que nos maten de esa manera y quedarnos tranquilos. En nuestro caso, mataron a todos los miembros de la familia. Estamos destruidos, tenemos un vacío tremendo, una situación que no la podemos asimilar”, dijo Jaime Villagómez Barreiro.
La familia de Jaime tiene presente que el presidente de la República, Guillermo Lasso, prometió hallar a los responsables del crimen. “No vamos a descansar hasta encontrar a los culpables y hacerlos pagar la pena máxima por la barbarie con la que actuaron", pronunció Lasso en su informe a la nación, el 24 de mayo.
El padre de la víctima recordó que cuando escuchó las palabras del presidente sintió una relativa paz, que con el pasar del tiempo se ha ido desvaneciendo.
“El ofrecimiento del presidente tiene fecha de caducidad, le exigimos que cumpla su palabra, de lo contrario le recordaremos que no cumplió. Es una angustia tremenda porque no queremos vivir sin saber qué le pasó a nuestro hijo”.
Tras el hecho violento, la Policía Nacional, en coordinación del Ministerio del Interior, incluso ofreció una recompensa de hasta 5 mil dólares a quienes proporcionaran información sobre los implicados en el asesinato. Sin embargo, hasta el momento, nadie ha recibido ese dinero. Mientras tanto, la familia seguirá luchando para que el caso no quede en la impunidad.
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