Vistazo revela cómo las agrupaciones del crimen organizado logran acopiar armamento cada vez más sofisticado, que incluye fusiles y ametralladoras. Por 80 pasos irregulares llegan desde Perú, muchas proceden de las FF.AA. de ese país. El 84 por ciento de muertes violentas se produjo con armas de fuego.
Por la frontera norte llega la cocaína. Por la frontera sur, el armamento. Un informe reservado al que accedió Vistazo determina que armas y municiones cruzan desde Perú a través de 80 pasos irregulares para llegar a Ecuador.
Tres bandas controlan el tráfico de armas, municiones y explosivos en la frontera con Perú. Se trata de Los Lobos, Los Choneros y El Tropezón, que los últimos dos años intensificaron sus operaciones delictivas en esta región, alimentadas con los recursos del narcotráfico, la minería ilegal y el tráfico de personas.
Esas organizaciones están integradas por colombianos, ecuatorianos, peruanos y venezolanos, que cuentan con redes de colaboradores encargados del transporte, logística, encaletamiento del arsenal, en bodegas ubicadas en la provincia de El Oro.
Las estructuras aprovechan las debilidades en la vigilancia aduanera y policial, la poca coordinación entre las Fuerzas Armadas y policiales de Perú y Ecuador, así como la corrupción, que permea las entidades públicas y privadas en ambos lados de la frontera, según reveló a Vistazo un oficial de Inteligencia.
Botón de muestra. El 19 de noviembre último, investigadores del Ejército descubrieron en un vehículo que circulaba por las calles de Machala 31 cajas con municiones de la marca Sellier & Bellot. Cada caja contenía 50 municiones de calibre nueve milímetros, es decir, 1.550 cartuchos.
Aparte, nueve cajas de cartón con 450 cartuchos de nueve milímetros. La operación dejó varios detenidos. La marca Sellier & Bellot (S&B) es la más comúnmente usada por las organizaciones del crimen en el país. La jefatura de Criminalística de Guayaquil hizo un análisis forense a 9.600 vainas recogidas en las escenas del crimen por sicariato, entre enero y septiembre de 2022. El 31 por ciento de vainas correspondió a esta marca, fabricada en República Checa. El 15 por ciento tenía procedencia de Estados Unidos. El 14 por ciento procedía de Perú; el 13 por ciento, de Corea del Sur; el nueve por ciento fue fabricado localmente en la planta Santa Bárbara y el seis por ciento, correspondía a la marca Águila de México.
La captura de noviembre no es un caso aislado. En octubre se incautaron fusiles y municiones elaboradas por FAME, la industria que abastece a la Policía Nacional y Ejército del Perú. En marzo, a dos horas de Tumbes, en el cantón azuayo de Camilo Ponce se halló un arsenal de dinamita de fabricación peruana.
A fines de enero, en Tulcán (Carchi), se hallaron 798 cajas de explosivos de fabricación peruana. Y días antes, 10 mil municiones fueron encontradas en Huaquillas. La fabricante, nuevamente, la peruana FAME. Todo indica, según documentación a la que accedió Vistazo, que la ruta de traslado empezaría desde Tumbes.
Hay un problema adicional, que detalla un oficial entrevistado por Vistazo. “No hay un modelo único de vigilancia que regule el control de armas de fuego, para uso civil en Perú y de hecho la normativa en ese país es muy desactualizada”. Con 33 millones de habitantes, ese país tiene 127 mil armas de fuego registradas. Ecuador, con 18 millones, tiene 160 mil armas registradas.
Según datos de la Policía Nacional, hasta mediados de octubre, en el país se produjeron 3.641 homicidios intencionales; 3.075 con armas de fuego. En Guayaquil se produjeron 1.183 casos. Con armas blancas se produjeron 388 de los crímenes. Según el tipo de armas, la mayoría corresponde a revólver, pistola, cartuchera, escopetas, carabinas. Sin embargo, hasta octubre de 2022 se evidencia el aumento en el uso de fusiles y ametralladoras. Armas de alta sofisticación en manos del crimen organizado.
Hasta 2016, Ecuador era solo un país de tránsito de las armas y municiones, que eran entregadas a los grupos armados, disidentes de las FARC y carteles locales en Colombia. Pero ese fenómeno cambió, sobre todo tras la pandemia en 2020.
Con el empoderamiento acelerado de las bandas locales, brazos armados de los carteles mexicanos y de Los Balcanes, la mayoría de esos equipos letales llega a manos, sobre todo, de las bandas de Los Lobos, Los Choneros, Chone Killers, Tiguerones y R7.
Hasta octubre pasado, la Policía y FF.AA. capturaron 6.817 armas. El año pasado se capturaron 7.531, según informes de la Policía, que estiman que apenas se incauta un tercio del cargamento.
Para transportar el arsenal utilizan vías de tercer orden que unen las poblaciones de Tumbes (Perú) y Huaquillas (Ecuador). Emplean el despliegue por picas y rutas a lo largo del Canal Internacional “Zarumilla”. Ahí contactan a los propietarios de fincas, con quienes tienen acuerdos económicos voluntarios o bajo coerción, para apoyo en sus acciones criminales.
Las municiones y armas son trasladadas desde Tumbes hasta Zarumilla y Aguas Verdes. Son encaletados en vehículos tipo taxi-rutas y mototaxis, que ingresan a fincas fronterizas y luego se trasladan a varias ciudades del Ecuador, especialmente de la Costa donde son embodegadas. También ingresan por la frontera camuflados entre frutas, hortalizas y legumbres.
Según informes de Inteligencia, un porcentaje importante de armas y material explosivo usado en la minería ilegal es de fabricación peruana, de las Fuerzas Armadas de ese país. Esto ha sido alertado en reportes que se envían mensualmente desde el Comando Conjunto de Ecuador, como parte de convenios de seguridad binacional.
El Ejército ecuatoriano realiza constantes incautaciones en la frontera y reporta los hallazgos y datos sobre las organizaciones involucradas a autoridades militares peruanas, buscando reforzar la interdicción en la frontera.
“Obtienen este tipo de material en Perú, en ese país existe la libre importación de armas, municiones y explosivos, que son adquiridas a un bajo costo en el mercado negro, para luego trasladarlos por los pasos clandestinos de frontera hasta el cantón Huaquillas, donde almacenan y posteriormente es comercializada a bandas delincuenciales en Ecuador y armados en Colombia”, indica un informe del Comando Conjunto.
En estos años no solo aumentó el número de armas que compran las bandas, sino su acceso a arsenal de largo alcance y calibre, equiparable al que emplean las Fuerzas Armadas para la guerra. Eso se evidenció en los atentados que algunas bandas realizaron a inicios de noviembre en Guayaquil y Durán, en los que cinco policías fueron asesinados. Cuentan con fusiles, subametralladoras y pistolas, así como vehículos para operaciones logísticas.