Los datos recabados durante el proceso permitieron ubicar el cuerpo de la mujer. Sus restos se hallaron en una zona boscosa del Parque Metropolitano Guanguiltagua, cerca de la residencia de Johnny Caiza, a quien Fiscalía procesó por su presunta participación en la desaparición con resultado de muerte.
La defensa de Caiza, autor confeso del asesinato, presentó una acción de hábeas corpus el 16 de septiembre. Sus abogados enviaron la acción ante la Corte Provincial de Justicia con el objetivo de que él pudiera defenderse en libertad.
Según comentó Galo Quiñones, abogado de la familia de la víctima, la defensa de Caiza alegó que su detención fue ilegal e ilegítima. “Dice que estuvo más de 24 horas detenido”, indicó, acotando que el detenido se escudaba con un supuesto padecimiento de esquizofrenia. En la vivienda de Caiza se encontraron papeles de un tratamiento de este trastorno, durante la fase de investigación inicial.
Con respecto a la presunta patología mental que sufriría Caiza, Quiñones respondió a Ecuavisa que "en el expediente fiscal no consta esta información y lo que no existe en el proceso no existe en el universo (...) es una máxima del derecho penal".
El letrado aclaró que en el proceso sí consta un informe psiquiátrico emitido por el Hospital Psiquiátrico Julio Endara de la Zona, pero afirmó que en este se concluye que Caiza "no presenta signos o síntomas de patología mental". Además, agregó que el detenido solía vivir con su abuela, por lo que se debía comprobar si la receta médica hallada en su domicilio era realmente para él.
"Estos resultados están dentro del expediente y no existe una prueba material, es decir, un documento que él (Caiza) haya adjuntado de que psiquiatricamente tiene problemas. Más bien, el Estado en manos de Fiscalía, junto a esta defensa, se ha recabado esta información emitida por el hospital, en el cual manifiesta que no tiene nada", aseguró.
Fiscalía, en coordinación con agentes de la Dinased, levantó información sobre las últimas actividades de Cando. Aquella noche del 2 de septiembre, la joven salió con una amiga a una fiesta en el sector de la Universidad Católica.
Luego se trasladaron a un bar de la avenida República, en el norte de la capital, donde entabló una relación amistosa con Johnny Stalyn C. A. (el agresor), a quien conoció a través de terceras personas.
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Después de ingerir bebidas en una discoteca, el sospechoso ofreció su casa para continuar con la fiesta. La víctima y tres personas más aceptaron la invitación. Pero, luego de unos minutos de permanecer en ese inmueble, situado en el barrio Bellavista Alto, uno a uno se marcharon, menos la víctima pues se quedó dormida en un dormitorio.
En el sitio, la mujer fue violada, apuñalada tres veces en el corazón y cortada en siete partes.
Según se pudo conocer, su asesino ya tenía una investigación anterior por hostigamiento a una mujer, pero esta no prosperó. Incluso, un familiar de Caiza declaró que él la había violado desde los nueve hasta los 19 años. Las autoridades investigan crímenes adicionales puesto que encontraron ropa quemada de otras personas en su casa.