Dos ciudadanos holandeses, detenidos en Ecuador en 2022, fueron sentenciados a diez años de privación de libertad, por el delito de pornografía infantil, que se habría cometido en localidades manabitas, especialmente, en Canoa. En la misma resolución judicial, se determinó la inocencia de la ciudadana de origen bielorruso que en inicio fue acusada de filmar los hechos.
Son dos hombres, de 50 y 34 años, que en algunos círculos sociales se habían presentado como pareja. Por investigaciones en otros países se supo que habrían estado vinculados con el Partido del Amor Fraternal, la Libertad y la Diversidad (PNVD). La organización tuvo reconocimiento político en 2006 en Holanda. Fue proscrita cuando se denunció que era una fachada y que su verdadera intención habría sido legalizar relaciones sexuales con niños a partir de los 12 años de edad.
Desde un edificio de tres plantas que en el pasado funcionó como hostal frente al Polideportivo, en Canoa, habrían organizado múltiples fiestas con el objetivo de atraer a niños de siete a 12 años. En las reuniones, según testimonios, los niños se bañaban desnudos. Recibían alimentos, caramelos, juguetes y dinero en efectivo. Varias víctimas dijeron haber sentido mareo después de tomar un batido especial que les brindaban los extranjeros. El proceso judicial recoge versiones según las cuales a los niños les rociaban con espuma en los genitales. Ofrecían hasta cien dólares por sexo oral y les animaban a llevar a otros amigos, con el pretexto de jugar con consolas de play station.
En un operativo especial, a mediados de junio de 2022 fueron detenidos y trasladados a la cárcel manabita El Rodeo. La policía descubrió que seguían enviando contenido vía internet. Fueron reubicados en el centro regional de Guayas.
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En la audiencia de juzgamiento, en abril pasado, los extranjeros criticaron al sistema ecuatoriano. Denunciaron extorsiones y dijeron ser víctimas de un proceso injusto, ya que no tenían traductores calificados. Además, aseveraron que este expediente se había convertido en un show mediático.
La agencia policial que investigó estos hechos tiene reconocimiento de una unidad de élite, reconocida por pares en Estados Unidos.
Los sentenciados son Matheus Hendrick Uittenbogaar y Luijs Lesley Gerardus Servaas.
El tema despertó interés en varios países. En México fue detenido uno de los miembros de la organización pedófila. Todo indica que él también vivió en Canoa.
Desde Estados Unidos, OUR, una ong integrada por agentes veteranos del Departamento de Seguridad, que investigan delitos contra niñez en el mundo, dio la voz de alerta.
A través de pericias informáticas detectaron que los activistas pedófilos relacionados con el apresado en México se habían establecido en Manabí. El más joven fue detenido con equipos tecnológicos en la edificación de tres plantas. El mayor intentó, sin éxito, huir desde el aeropuerto de Guayaquil. En su equipaje llevaba cámaras para web y otros dispositivos. El proceso judicial instaurado en su contra confirmó la existencia de material con pornografía infantil. El número real de niños afectados no fue cuantificado.
La sentencia confirmó el estado de inocencia de la mujer bielorrusa que había sido detenida, en relación con los hechos. Su defensa insistió en que ella no tuvo participación alguna, al aseverar que no filmó ni grabó los actos investigados.
Desde una dirección de correo electrónico, una persona que se identificó como Iván, aseguró ser hijo de la detenida. En perfecto castellano afirmó que su madre estaba en la cárcel por un cargo “inventado y falso”. Ella no filmó a los niños, no hay pruebas en su contra, insistió en el mensaje.
También relató que cuando ella fue detenida, “no le leyeron sus derechos en ruso, su idioma nativo. La corte no tiene una orden de arresto en su contra, y no hay una declaración policial”, afirmó en este mensaje. “Mi madre está ilegalmente en prisión”, enfatizó.
Esta redacción le solicitó una entrevista por medios virtuales, pero él la canceló a última hora, aduciendo la falta de un intérprete. Mencionó que se encontraba en Polonia. Esta redacción también le pidió el contacto con la defensa de su madre, en Ecuador, pero no recibió respuesta.