Un sargento de la Policía Nacional fue asesinado la noche de este miércoles 8 de noviembre, en medio de un asalto armado registrado en Quevedo, provincia de Los Ríos.
El occiso identificado como José Gabriel Callay Lara tenía 40 años de edad y llevaba 11 meses trabajando en esa localidad, como parte del Grupo de Operaciones Motorizadas. No obstante, tenía más de 17 años dentro de la institución.
El agente policial, en estado activo, estaba vestido de civil cuando fue interceptado por unos sujetos armados que se movilizaban en una motocicleta.
De acuerdo con información preliminar, el sargento estaba en los exteriores de un centro de diálisis acompañando a una amiga que estaba entregando comida, en la parroquia 24 de Mayo.
Las cámaras de seguridad ubicadas en la zona captaron el instante en que uno de los individuos se aproximó al servidor policial para robarle el celular.
Producto del forcejeo, el sargento recibió un impacto de bala a la altura del tórax, mientras que el atacante se dio a la fuga.
Tras el hecho violento, la víctima fue trasladada de inmediato hasta una hospital, donde solo se confirmó su deceso.
A la escena del crimen se movilizaron unidades de la Policía para recoger los indicios balísticos; y además se montó un operativo para dar con el paradero de los responsables.
Esta violencia del crimen organizado se ha expandido a las calles del país que, a diario, conoce noticias de numerosos asesinatos, asaltos, robos, extorsiones y otro tipo de delitos por parte de bandas de delincuentes.
Ecuador cerró el año 2022 con la mayor tasa de homicidios de su historia, al registrar 25,62 por cada 100.000 habitantes, pero varios expertos en seguridad no descartan que ese indicador pueda llegar a 40 por cada 100.000 habitantes al finalizar este año, lo que le situaría como uno de los países más violentos de Latinoamérica.