El intérprete, que alcanzó el estrellato por darle vida a Chandler Bing en la sitcom Friends, fue hallado inconsciente el 28 de octubre por el equipo médico que atendió la emergencia, dada a conocer por un vecino. Tras varios intentos infructuosos de reanimación, su fallecimiento fue declarado y clasificado como "accidental".
"Entre los factores que contribuyeron a la muerte del señor Perry figuran el ahogamiento, la enfermedad arterial coronaria y los efectos de la buprenorfina (utilizada para tratar el trastorno por consumo de opiáceos)", agregó el despacho forense, aproximadamente un mes y medio después del suceso.
La ketamina, que tiene uso recreativo, también es una droga utilizada en algunos casos para tratar la depresión.
De acuerdo con la autopsia, por "los altos niveles" de dicha droga encontrados en su sangre, "los principales efectos letales habrían sido sobreestimulación cardiovascular y depresión respiratoria".
Perry, de 54 años, habría recibido infusiones de ketamina para tratar la depresión y la ansiedad, informó el departamento forense.
De acuerdo con la investigación sobre su caso, "su último tratamiento había sido una semana y media antes de su muerte, y la ketamina en su sistema al fallecer no podría ser de esa infusión, debido a que la ketamina permanece de 3 a 4 horas".
El informe toxicológico no reportó rastros de alcohol, metanfetamina, cocaína, heroína, PCP ni fentanilo.
La ketamina es un medicamento que se utiliza como anestésico, pero también tiene efectos alucinógenos. Estos pueden provocar que los usuarios se sientan desconectados de su cuerpo y de su entorno, y que experimenten distorsiones en la percepción de la vista y el sonido.
Puede utilizar con fines médicos o recreativos. En el primer ámbito se emplea para la anestesia general, el tratamiento del dolor agudo y crónico y la depresión resistente al tratamiento. En el ámbito recreativo, se usa para experimentar sensaciones disociativas.
La ketamina es una droga potencialmente peligrosa, y su uso recreativo puede conllevar riesgos, como la adicción, la psicosis y la muerte. Puede provocar efectos secundarios no deseados como: agitación, depresión, dificultades cognitivas, pérdida del conocimiento, amnesia, movimientos oculares rápidos e involuntarios, pupilas dilatadas, salivación, llanto. secreciones y rigidez de los músculos y posibles náuseas, según la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos