El informe del monitor Paul H.Wise, designado por una corte federal, asegura que hubo una “serie de fallas” de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por su sigla en inglés) y de sus contratistas en el deceso de Anadith Danay Reyes Álvarez, de 8 años y quien sufría de una anemia y un padecimiento cardiaco, el pasado 17 de mayo.
La niña se encontraba con sus padres y sus hermanos en la instalación de Harlingen (Texas) de CBP, destinada a retener migrantes con enfermedades, donde enfermeras se negaron en varias oportunidades a enviarla a un hospital a pesar de presentar más de 40 grados Celsius de fiebre.
“Según la información actualmente disponible, la muerte fue una tragedia prevenible”, escribió Wise en su informe a la corte federal en Los Ángeles, que supervisa el Acuerdo Flores, que desde 1997 obliga al Gobierno de EE.UU. a garantizar la seguridad de los menores migrantes y prohíbe mantenerlos en detención por más de 20 días.
El día de la muerte de la niña, la mamá la llevó al menos tres veces al servicio médico porque presentaba vómito y dolor de estómago. No fue sino hasta cuando la niña convulsionó que se aprobó su traslado a un hospital, donde arribó sin vida, detalló el informe.
“La causa inmediata fue la mala toma de decisiones clínicas por parte de los proveedores de salud responsables de su atención en Harlingen el día de la muerte (de la menor)”, escribió Wise, que resaltó que las fallas ocurrieron en múltiples niveles y no deben verse “como anomalías raras, sino como debilidades sistémicas que, si no se corrigen, es probable que resulten en daños futuros a los niños bajo custodia”.
El informe de más de 50 páginas, que examina la prestación de servicios médicos tanto en el centro de CBP de Donna como en el de Harlingen, hizo una serie de recomendaciones para que se reduzcan los riesgos en las instalaciones de la Patrulla Fronteriza y se mejoren las consultas pediátricas, entre otras.