Velos ardiendo, imágenes de responsables religiosos también en llamas o rasgadas... Las manifestaciones que se extienden en Irán rompen un tabú y colocan al poder islámico de Teherán ante un desafío sin precedentes.
La muerte de la joven de 22 años Mahsa Amini tras ser detenida por la policía de la moral, provocó una ola de fiebre contestataria en un país donde la disidencia está rígidamente controlada.
Irán vivió el "movimiento verde" de 2009 tras unas elecciones de discutido resultado y más recientemente las manifestaciones de noviembre de 2019 contra el aumento de precios del combustible y la inflación.
Pero los analistas estiman que la protesta actual supone un desafío más complejo para el régimen islámico del ayatolá Alí Jamenei, de 83 años.
"Son las manifestaciones más grandes desde noviembre de 2019. Mientras los precedentes movimientos nacionales fueron llevados por clases populares y estuvieron provocados por la degradación de las condiciones socio-económicas, el estallido esta vez es socio-cultural y política", estima Ali Fathollah-Nejad, experto de Irán en la universidad de Beirut.
"El régimen no esperaba que la detención fatal de una ciudadana de provincias provocara una revuelta nacional", apunta.
Y más sorprendente todavía, la revuelta nace de las mujeres.
"Ellas son las víctimas, es normal que protesten. Lo que es mucho más importante es que los hombres las apoyan", explica a AFP Alexandre Grinberg, analista del Instituto para la Seguridad y la Estrategia de Jerusalén, que señala una "secularización" creciente de la sociedad.
"Ropa inapropiada"
Mahsa Amini procedía de la región de Kurdistán (noroeste) y estaba con la familia en Teherán la semana pasada cuando fue arrestada por violar el estricto código de vestimenta vigente desde la revolución islámica de 1979. Fue detenida por la policía de la moral el 13 de septiembre por llevar "ropa inapropiada".
Después de la detención cayó en coma y murió el viernes. Los militantes aseguran que fue maltratada durante la detención y posiblemente herida en la cabeza, aunque las autoridades lo niegan.
En las manifestaciones se han escuchado eslóganes como "muerte al dictador" y otras declaraciones contrarias al régimen, junto al grito liberador de comunión "zan, zendegi, azadi": "Mujer, vida, libertad".
"Supervivencia del régimen"
También se han visto gestos sin precedentes como la de manifestantes destrozando un retrato del ayatolá Jamenei o calando fuego a una imagen del general Qassem Soleimani, comandante de los Guardianes de la Revolución muerto en un ataque estadounidense en Irak en 2020.
Los militantes también se han resistido abiertamente a las fuerzas de seguridad y las mujeres han rechazado llevar el velo.
Un medio estatal informó de 17 personas muertas en estas manifestaciones, pero varias oenegés dan una cifras mucho más elevadas.
Al menos 36 personas murieron en la represión de las protestas que estallaron hace una semana en Irán, informó una oenegé basada en Nueva York.
Esto hace temer una represión feroz a la de 2019, que dejó 321 fallecidos en una semana, según Amnistía Internacional.
Como es habitual, las autoridades limitaron el acceso a internet para evitar la difusión de imágenes y las convocatorias a manifestarse.