Aclamado por cientos de miles de eufóricos peregrinos, el papa Francisco oró este viernes por la paz mundial en el santuario portugués de Fátima, donde conmemora el centenario de las apariciones de la Virgen María a tres pastorcitos.
El pontífice argentino llegó al lugar de devoción popular a bordo de un helicóptero militar portugués, que sobrevoló un par de veces a baja altura el santuario mariano, en el centro de Portugal, desatando la alegría de la marea de fieles de todas partes del mundo.
Aterrizó en el estadio municipal de Fátima, para luego recorrer en papamóvil los cinco kilómetros hasta la Basílica de Nuestra Señora de Fátima, saludado a su paso por miles de personas apostadas al borde de la carretera que le lanzaron vivas y flores.
Ya al pie de la imponente basílica, el papa rezó en silencio durante unos diez minutos frente a la talla de la Virgen en la Capilla de las Apariciones, construida en el sitio donde, según la creencia católica, la madre de Jesús se apareció por primera vez, el 13 de mayo de 1917, a tres jóvenes pastores de este pueblo humilde.
Luego, dirigió a la multitud en una oración en la que pidió "para el mundo la concordia entre todos los pueblos".
"Recorreremos, así, todas las rutas, seremos peregrinos de todos los caminos, derribaremos todos los muros y superaremos todas las fronteras, yendo a todas las periferias, para revelar allí la justicia y la paz de Dios", dijo, mientras los peregrinos escuchaban emocionados, algunos con lágrimas en los ojos.
Gran acontecimiento católico
Momentos antes, y durante todo el día a la vez que iban abarrotando la enorme explanada frente a la basílica, esos mismos peregrinos eran todo emoción, entonando canciones religiosas y ondeando banderas de sus diferentes países.
"Este es un gran acontecimiento mundial para la religión católica. Ya vimos al papa en Paraguay cuando fue. Pero es diferente acá, el ambiente es muy religioso", dijo Carolina Palacios, una funcionaria paraguaya de 48 años que peregrinó junto a 60 personas desde su país.
"Es una excelente ocasión para encontrarse con el papa, o al menos verlo pasar en el papamóvil", señaló Lintoy Quankep, un sexagenaria de Trinidad y Tobago.
En medio de la multitud, los venezolanos aprovecharon para pedir a la Virgen de Fátima por la paz en su país, donde seis semanas de protestas antigubernamentales han dejado 38 muertos.
"No puede ser que estén matando a nuestra gente joven y yo vengo a pedirle el milagrito a la Virgen" del cese de la violencia, señaló a la AFP Egda Romero, una sexagenaria que vino desde Maracaibo (oeste de Venezuela), mientras otros venezolanos pidieron que el papa medie en el conflicto, algo que el propio pontífice ha ofrecido.
Pastorcitos santos
El papa argentino, que profesa una intensa devoción a la Virgen María y aprecia la vitalidad de la piedad popular que él ha podido ver de primera mano entre los más humildes en América Latina, estará menos de 24 horas en Fátima, donde se esperaba que confluyeran en total durante la visita hasta un millón de personas.
El plato fuerte de su visita tendrá lugar el sábado, 13 de mayo, coincidiendo con el centenario de las primeras apariciones marianas a los tres pastorcitos: Francisco y su hermana Jacinta, muertos muy jóvenes por la gripe española, serán declarados santos por el pontífice en una misa de canonización.
La madre de Jesús se habría aparecido en seis ocasiones, entre mayo y octubre de 1917, a los dos hermanos y a su prima Lucia, a quienes reveló tres "secretos", que la Iglesia católica consideró como proféticos de la historia del siglo XX.
Dos "milagros" se atribuyen a Francisco y Jacinta, el último de ellos en 2013: la rápida curación sin explicación aparente de un joven brasileño que a los cinco años sufrió una gran caída que le provocó un traumatismo craneal. Luego de que sus padres invocaran a los pastorcitos, según contaron en Fátima, Lucas sanó rápidamente.
Para garantizar la seguridad del papa y la gran concentración de peregrinos, las autoridades portuguesas han desplegado un enorme dispositivo de seguridad en el santuario, que movilizará a unos 6.000 agentes.