Para Dmitry Kokh, fotógrafo ruso apasionado por la naturaleza, retratar a osos polares a través del lente de su cámara era un sueño que aún debía cumplir.
En ese entonces, ni siquiera habría imaginado la colección de fotos que publicaría en dos años, las cuales serían protagonizadas por osos polares y poseerían una particularidad que las haría extraordinarias.
Decidido a tornar en realidad este viejo anhelo, definió los lugares que podría visitar para tomar fotos de esta especie, siempre manteniendo la regla personal de no perturbar de ninguna manera a los animales, utilizando un sigilo y aplicando el distanciamiento apropiado.
De las limitadas locaciones donde podía tomar fotos de osos polares, la isla rusa de Wrangel fue la que Dmitry eligió. Esta zona es considerada por la UNESCO como una reserva natural y se caracteriza precisamente por albergar a una gran cantidad de estos osos dentro de sí.
El acceso era muy difícil de conseguir para alguien que quería viajar como turista a la reserva, y esto beneficiaba en demasía a los osos polares, que podían vivir en paz dentro de su hábitat natural casi sin intervención humana.
Tras obtener un permiso para acceder debido a que su reputación de fotógrafo lo precedía, Dmitry se preparó por aproximadamente dos años para realizar el viaje a la remota isla de Wrangel. En agosto del 2021, se embarcó en un yate que lo llevaría hasta el norte de Chukotka, un distrito autónomo de Rusia que colinda con el ártico y forma parte de la ruta hacía su destino.
El viaje por el mar de Chukchi fue algo mágico para Dmitry, que no se limitó a estar sentado en el yate, sino que pasó ensimismado en el lente de su cámara, retratando a ballenas jorobadas, lobos marinos, osos pardos y nutrias, en medio de un pasaje hermoso, blanco y gélido, que servía como un preludio insuperable para el gran final de su viaje.
Un día en el que el clima no permitió a la tripulación seguir navegando, Dmitry y quienes lo acompañaban arribaron a una isla llamada Kolyuchin, que era conocida porque dentro de ella había una estación soviética abandonada que solía dedicarse al estudio de condiciones climáticas.
Uno de los miembros de la tripulación de Dmitry observó la estación a lo lejos con binoculares, y exclamó al avistar varios osos polares que se asomaban desde ventanas y puertas de las casas aledañas a la estación, tal como si llevarán habitando aquella zona durante toda una vida.
Dmitry, que sabía que probablemente iban a tener que pasar el día en la isla donde estaban debido al comportamiento del océano, tomó su dron, el cuál casi no emitía sonido, y se ubicó en una posición donde podía observar a los osos a lo lejos.
A partir de ese punto, condujo a través de la niebla gris que rodeaba a los osos polares y de manera lenta, sin alterar sus rutinas naturales, capturaba las fotos de aquellos magníficos animales, que recorrían aquellas estructuras que humanos habían abandonado hace décadas.
Después de la sesión de fotos, que representó un sueño cumplido para él, le preguntó a un especialista en comportamiento de osos polares, Anatoly Kochnev, la razón por la que aquellos osos polares decidían frecuentar aquella aldea abandonada, cuando podían caminar hacía cualquier otro sitio de la isla.
El experto le explicó que estos animales eran muy curiosos por naturaleza y que por eso solían ingresar a aquellos lugares que despertaban su interés. También le mencionó que debido a que solían ser cazados con regularidad, evitan permanecer en largas planicies para no ser avistados.
Ante todo, las fotos también hicieron que Dmitry reflexione. "Llegará un momento donde todas las cosas construidas por el humano dejen de existir en la Tierra, pero la vida es eterna. Estos osos continuarán cazando, nadando y explorando tierras inhóspitas", concluye Dmitry, en un artículo que escribió para The Guardian.