Antes de convertirse en uno de los actores más aclamados del mundo por sus célebres roles en Game of Thrones y The Mandalorian, Pedro Pascal, de origen chileno pero naturalizado estadounidense, tuvo que sobreponerse a gigantescas adversidades que lo pusieron a prueba una y otra vez.
El protagonista de la popular serie de HBO Max, The Last of Us, se enfrentó ante tragedias inauditas mientras crecía, como el suicidio de su madre, episodios de bullying y escándalos que terminaron con el negocio de su familia.
Pascal tuvo que sortear desafíos desde sus primeros años de vida. En 1975, meses tras su nacimiento en abril de ese mismo año, sus padres, la psicóloga infantil Verónica Pascal y el médico José Balmaceda Riera, tuvieron que dejar Chile llevándolo a él en brazos.
El frenético escape durante la dictadura de Augusto Pinochet se debió al rol que mantuvieron sus progenitores como militantes activos durante el mandato del expresidente izquierdista, Salvador Allende, derrocado en 1973.
Tras el arribo al poder del Pinochet, la familia de Pascal, en la que ciertos miembros estaban enlazados por sangre con Allende, como era el caso de su primo, Andrés Pascal, sobrino directo del exmandatario, fueron incluidos en la lista negra del Gobierno.
José Balmaceda y Verónica Pascal pidieron asilo en la embajada de Venezuela, dejando a sus hijos al cuidado de una tía mientras tramitaban un permiso de exilio para llegar a Dinamarca.
En 1976, Pedro, quien todavía era bebé, llegó a Copenhague, capital de dicho país europeo, junto a sus padres y hermana mayor. Vivió por allí durante un tiempo antes de abordar un vuelo de vuelta, esta vez hacia la ciudad de San Antonio, en Estados Unidos.
A partir de este momento el artista logra acumular memorias de los primeros años de su infancia, junto a su hermana Javiera, quien actualmente es una alta directiva de Amazon Studios.
La familia del futuro actor se trasladó a Orange County cuando él era aún un niño, después de que su padre consiguiera un posgrado en una universidad estadounidense. Es así que Pedro dejó el árido pasaje de Texas para ser encantado por los vibrantes colores de California.
En paralelo al inicio de su nueva vida, el padre de Pedro se alió con dos doctores, el chileno Sergio Stone y el argentino Ricardo Asch, para fundar una clínica especializada en fertilidad, cuyas remuneraciones le otorgaron de vuelta a la familia su próspero nivel socioeconómico.
“A los 13 años estaba muy metido en el cine, leyendo obras de teatro, libros, tele, tele, tele, obsesivo con estas cosas. Tuve la mala suerte de encontrar a pocos como yo. Era un mundo muy apegado al conservadurismo y sus privilegios donde no calzar era castigado", reveló en una entrevista con La Tercera, en la que dio detalles sobre su adolescencia en California.
“Había un grupo de cabros de mier... que fueron mis amigos el primer año y se transformaron en mis terrores de ahí en adelante. No disfruto recordando esa época”, confesó al medio referido, reconociendo que sufrió bullying mientras crecía.
Sus repetidos enfrentamientos con aquel grupo de jóvenes y su aparente estancamiento dentro de una sociedad que veía con malos ojos la afinidad al arte impulsó a su madre a matricularlo en una escuela especializada en artes de otro distrito.
Es ahí donde pudo “desatar sin límites” su pasión por la actuación, la cual lo llevó a enlistarse, años más adelante, en la Tisch School of the Arts de Nueva York, ya con el sueño de convertirse en una estrella del cine y televisión.
En 1995, mientras estudiaba en aquella prestigiosa escuela, su padre se vio afectado por un gran escándalo que recrudeció a toda su familia, incluyendo a Pedro.
Denuncias sobre un supuesto robo óvulos de mujeres en tratamiento para utilizarlos en otras pacientes dirigidos a su clínica devinieron en el cierre del establecimiento y una oleada de amenazas judiciales que impulsaron al padre del actor a abandonar Estados Unidos con su esposa y los hijos menores de la familia.
"Todo se sentía frágil. Además, sabía que el matrimonio de mis padres estaba mal y que la tensión de esas circunstancias difícilmente iba a terminar. La vida de mi madre se sentía en peligro y la línea entre necesitarla, estar allá para ella, y finalizar mis estudios y seguir una carrera era un conflicto horrible. Sabía que mi mamá quería que yo siguiera en lo mío", relató el intérprete en su entrevista a La Tercera.
En en 2000, una terrible noticia alcanzó a Pedro. Su madre, Verónica, quien se había divorciado de José para ese entonces, había cometido suicidio.
“Mi madre siempre me brindó un apoyo increíble y sentí que sabía algo que yo no. Nada de mi éxito sería real si no fuera por ella”, confesó Pedro a People, quien se vio profundamente afectado por el hecho y, con el pasar de los años, conmemora a su progenitora compartiendo viejas fotos de ella junto a mensajes de cariño.
Tras finalizar sus estudios, Pedro cumplió el sueño que su madre siempre había previsto en su futuro. Conseguir el rol del detective Javier Peña en la galardonada serie Narcos, lo colocó bajo los reflectores de la plataforma de streaming Netflix, la más popular en ese entonces.
Antes de eso, había cautivado a la audiencia de la serie Game of Thrones al encarnar de manera sublime al príncipe Oberyn Martell en su desdichada historia dentro del mundo de George R. R. Martin.
Finalmente, Pedro, quien ya era una consolidada estrella en ese entonces, sorprendió al mundo con su destacada actuación en el rol principal de la serie de Star Wars, The Mandalorian.
Actualmente, el actor, quien da vida a Joel Miller en la popular serie The Last Of Us, que lo sitúa en un mundo apocalíptico, rodeado de monstruos, está en la cúspide de su laureada carrera, con miras hacia un futuro lleno de éxito por ser considerado como una opción infalible dentro de los repartos.