La salud de la reina Isabel II mantuvo en alerta al mundo, luego de que el Palacio de Buckingham anunciara que los doctores de la monarca se encontraban preocupados por su estado. Horas después, se comunicó el lamentable fallecimiento.
Sin detalles sobre su dolencia, las redes recordaron que, durante los últimos años, la soberana inglesa apareció en varias ocasiones luciendo un tono violáceo en una de sus manos.
"Después de una evaluación adicional esta mañana, los médicos de la reina están preocupados por la salud de Su Majestad y han recomendado que permanezca bajo supervisión médica", se lee en el comunicado que mantuvo al mundo atento a la realeza británica.
En 2019 no fue una misiva, sino una serie de fotografías lo que causó preocupación acerca de la salud de la monarca, puesto que cuando recibió al rey Abdullah y a Rania de Jordania en Reino Unido, fue vista con una mano evidentemente púrpura que intentó ocultar sin éxito detrás de su espalda.
El silencio por parte de Buckingham acerca de la situación, despertó especulaciones que señalaban problemas en la salud de Isabel II. En busca de una respuesta por el color en la mano de la reina, medios como el diario británico Express compartió varias hipótesis médicas que explicarían el hecho.
En principio se habló acerca de un motivo sin demasiada importancia sobre el estado de la soberana, puesto que la tonalidad pudo tratarse de un hematoma ocasionado por un golpe, dado que era la única lesión que se podía observar en ella. La explicación sería lógica para la edad de la reina, puesto que, con entonces 92 años, naturalmente su piel se habría vuelto más delgada, perdiendo así la capa que protege al cuerpo de situaciones como esa.
Asimismo, se habló de una consecuencia tras haber necesitado de una inyección o de un gotero.
En septiembre de 2022, la monarca fue vista nuevamente con una mano morada. Una fotografía del momento en que Isabel II saluda a Liz Truss, quien asumió el puesto de primera ministra, demostró que la curiosa tonalidad se encontraba presente otra vez.
El hematoma era más evidente que el anterior, lo que atrajo la preocupación de usuarios en redes tras asegurar que la lesión, más allá de reflejar los signos de la edad, parecían consecuencia de una enfermedad que empezaba a manifestarse con fuerza.
Lo cierto es que la versión oficial acerca del curioso hecho no ha sido revelada por la familia real. Sin embargo, la reducida agenda pública de Isabel II anticipó que Su Majestad presentaba un declive en su salud.
Lea también: Operación Unicornio y Puente de Londres: el extenso protocolo que se activa tras la muerte de Isabel II