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Erich Hartmann: el piloto nazi más letal de la historia

lunes, 7 septiembre 2020 - 07:05
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Erich Hartmann (1922-1993) conocido por sus adversarios  como “el diablo negro” aún en la actualidad es el mejor piloto de caza de la historia y el más mortal de todos los que participaron en la  Segunda Guerra Mundial

De acuerdo con información difundida por el diario español ABC, el piloto nazi consiguió un récord imponente: derribar 352 aviones enemigos sin él ser derribado jamás. Solo se vio obligado a estrellarse contra el suelo debido a fallas técnicas o daños por pedazos de los aparatos que él eliminaba. 

Hartmann aprendió a volar desde niño, influenciado por su madre, una de las primeras mujeres piloto de Alemania.  Tuvo su oportunidad a una educación formal con la llegada de Hitler al poder en 1933, que  impulsó las clases de aviación. En el año 1936, Erich con solo 15 años, ya era instructor de planeadores. 

Formó parte de su primera misión en octubre de 1942, de 20 años. Terminó el año con 159 victorias y dos años más tarde, ya acumulaba 172. Estos impresionantes triunfos lo llevaron a ser condecorado por Hitler personalmente con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro. 

El emblemático Messerschmitt Bf 109, avión con el que combatía Hartmann, tenía marcas que lo hacían identificable para sus enemigos: el morro pintado de negro en forma de tulipán y un corazón atravesado por una flecha en la que había escrito el nombre de su novia: Úrsula. 

En una entrevista  recogida por la web «Migflug» , el famoso piloto afirmó saber que Stalin pedía una recompensa de 10.000 rublos por su cabeza y   “cada vez que ascendía al aire sabía que alguien me buscaba. Me sentía marcado y me dí cuenta de que, cuando usaba el tulipán negro, tenía dificultades para encontrar oponentes. Necesitaba camuflarme”, agregó. 

Hartmann también afirmó que se reunió con Hitler quien le confesó que “ Dios le había perdonado la vida para que pueda librar a Alemania de la total destrucción y que los aliados serían echados de Europa inevitablemente.”

En las últimas etapas de la guerra, en mayo de 1945, el piloto nazi desobedeció ordenes de abandonar a sus hombres y consiguió un último derribo, el 352. Pidió que se destruyeran los 25 aviones de su escuadrón y se rindió ante los estadounidenses, para luego ser prisionero de los soviéticos. 

Pasó 10 años en un gulag soviético y fue acusado de haber destruido 350 aviones de la URSS. Al ser liberado se mudó a Alemania y asumió el cargo del mando de la primera unidad de cazas a reacción de la posguerra. En 1970 dejó la vida militar y se dedicó a la instrucción hasta su muerte en 1993, a los 71 años. 

 

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