Wendy Chavarriaga Gil era una modelo de 28 años, medía 1,85, de ojos verdes y con una ostentosa casa en los alrededores del Club Campestre de Medellín, Colombia. Ella logró cautivar a uno de los narcotraficantes más conocidos y temidos del mundo: Pablo Emilio Escobar Gaviria.
Junto con Jhon Jairo Velásquez Vásquez, los tres protagonizan un peligroso triángulo amoroso que acabo mal para Wendy, por sobrepasar una regla de oro.
Pablo Escobar sedujo durante su corta vida a una gran cantidad de mujeres: modelos, reinas de belleza, jóvenes vírgenes y trabajadoras sexuales: 49 de ellas terminaron asesinadas. A una, sus sicarios le dibujaron sobre el cuerpo una cruz con 28 balazos.
Pero, ¿cómo fue que Escobar cautivó a Wendy y su sicario terminó enamorado de ella?
Escobar tenía un penthouse ubicado en el centro de Medellín, denominado en clave como "La Escarcha". Allí el narco hacía que llevaran mujeres, muchas de ellas menores de edad para él y sus amigos. Fue en ese departamento donde conoció a Wendy en 1981.
La prensa colombiana describe a Wendy como "bella, de ojos verdes y unas piernas que parecían no tener fin". Era dueña de su propia fortuna y de una lujosa vivienda ubicada a dos cuadras de la casa de la familia Escobar.
Un día uno de sus hombres le dijo que una mujer que había llegado desde los Estados Unidos y deseaba verlo por un tema de negocios. Cuando Wendy entró y Escobar la vio quedó prendado con ella. Al final logró seducirla.
Escobar se encaprichó con Wendy más que con el resto de sus amantes y se jactaba de su conquista. Paulatinamente, Wendy comenzó a ejercer una sutil influencia sobre él.
Victoria Henao, esposa de Escobar, cuenta en su libro "Mi Vida y Mi Cárcel con Pablo Escobar" que se dio cuenta de que Wendy estaba detrás de la remodelación de la oficina de su esposo. “La intuición me indicó que allí debía estar la mano de la novia de Pablo. No estaba equivocada, aunque como casi siempre, habría de confirmarlo mucho tiempo después”.
En el acuerdo que Escobar tenía con sus amantes había una prohibición tajante: no podían quedar embarazadas y Wendy no acató ese mandato.
En un momento Wendy empezó a esquivar al narcotraficante y a inventar excusas para no verlo. Decidió viajar a los Estados Unidos, donde el capo no podría tomar represalias. Sin embargo, Escobar se enteró de que estaba embarazada y que planeaba huir, así que la mandó a llamar para encontrarse en “La Escarcha”.
Cuando Wendy fue a verlo, según registran los portales locales, Escobar se portó como siempre y no levantó sospechas de lo que tramaba. Luego llamó a sus hombres de mayor confianza: Yeison, La Yuca, Carlos Negro y Pasquín. Entre los cuatro la sujetaron con fuerza y un enfermero le inyectó un sedante. Wendy despertó y a su lado estaba un Escobar imperturbable. A su alrededor estaban las pruebas de la vejación que había sufrido y sintió un agudo dolor que provenía de su vientre.
“Te lo saqué”, le dijo Escobar con frialdad. El aborto se lo había practicado un veterinario. En ese entonces Wendy tenía cinco meses de embarazo y acababa de conocer el lado más cruel de Escobar, quien "herido por la traición" del embarazo, rompió con ella. Wendy juró venganza.
"Ella quedó embarazada por plata, pero el patroncito no quiso saber nada y le mandó a dos ‘pelaos’ y al veterinario para que le sacaran el bebe”, confirmó años después Popeye, el apodo de Jhon Jairo Velásquez Vásquez, uno de los sicarios más cercanos a Escobar.
Wendy buscó a Popeye en los lugares que frecuentaba con el fin de acercarse a Escobar. El sicario no opuso resistencia. Fueron a un departamento que Escobar le había comprado a Wendy cuando eran amantes y estuvieron juntos.
Con lo que no contaba Wendy era que la fuerza que puede tener el miedo y ´Popeye´ era fiel al capo.
Escobar no era tonto. Un día lo miró y le dijo a ´Popeye´: “usted no es un hombre para Wendy: ella es para capos. Tenga cuidado, ahí hay algo raro”. Una vez hecha la advertencia, Escobar le dio permiso a Popeye para que continuara con la relación.
Escobar siguió cada paso de la pareja e intervino el teléfono de su examante y descubrió que Wendy usaba a Popeye para vengarse de él. Cuando reunió las pruebas, mandó llamar a Velásquez Vásquez.
Al lado del narco había un grabador. Escobar reprodujo la grabación. Se escuchó la voz de Wendy en medio de una llamada telefónica: “Popeye no me dijo aún dónde está Pablo. Sí, sí, cuando me diga le aviso”. La examante estaba en contacto con un efectivo del Bloque de Búsqueda, la unidad especial de la Policía colombiana creada con el fin de capturar vivo o muerto a Pablo Escobar Gaviria. La sentencia de muerte de Wendy acababa de ser firmada.
Popeye la citó en un lujoso restaurante de Medellín y envió a dos hombres para hacer el trabajo sucio. La orden era primero usar un revólver y luego rematarla con una pistola. Los sicarios sabrían que el momento para actuar llegaría cuando vieran a Wendy ponerse de pie y dirigirse hacia el teléfono del lugar.
Popeye llamó al restaurante desde un teléfono fijo ubicado a media cuadra del lugar y preguntó por Wendy. Oyó el taconeo de la mujer acercarse y también dos disparos. Enseguida apareció por el restaurante y vio el cadáver. “Quería oírla morir, porque yo me sentí pequeño, usado, idiota”, contó después.
Así se aseguró de que le había cumplido a su patrón. “Ella me enamoró para vengarse de Pablo. Me estaba utilizando para llegar a él. Sabía que la mataban a ella o me mataban a mí”, relató Popeye.
Pablo Escobar murió el 2 de diciembre de 1993, acribillado a balazos por el Bloque de Búsqueda sobre el techo de la casa del barrio Los Olivos de Medellín, donde se ocultaba. Popeye vivió algunos años más: encarcelado en 1992, pasó 23 años tras las rejas. Fue liberado para caer nuevamente en 2018 por un caso de extorsión y murió el 6 de febrero de 2020, víctima de un cáncer de esófago.