Inicialmente, Guillermo y otros pescadores temían al paiche, pensando que era peligroso y venenoso debido a su gran tamaño y apariencia de serpiente acuática.
Este pez, el paiche o Arapaima gigas, es uno de los más grandes del mundo, alcanzando hasta 4 metros de longitud y pesando más de 200 kilogramos.
Su crecimiento anual de hasta 40 kilómetros en la cuenca del Amazonas representa una amenaza para las especies nativas, ya que es territorial y desplaza a otros peces.
Aunque no se sabe con certeza cuándo llegó por primera vez a Bolivia, se cree que provino de una granja de paiches en Perú y se extendió a los ríos bolivianos desde allí.
Este pez es voraz, crece alrededor de 10 kg al año y consumiendo una variedad de alimentos, desde otros peces hasta plantas y aves.
A pesar de no tener dientes afilados, su capacidad para engullir su comida como una aspiradora gigante le permite alimentarse de manera eficaz. Entre su dieta hay especies nativas como pirañas o moluscos.
Arapaima gigas, or paiche, pirarucu is a tremendous resource for farming especially in the land of water.
— The Otorongo Lodge🇵🇪🐆🌳🌊🐍🎣🐸🦅 (@OtorongoLodge) December 27, 2023
We were expecting a big flood so we secured our livestock beforehand.#fishboys #cowboys_but_with_fish pic.twitter.com/CPCXo8CmmN
"Pensé que esta criatura era una serpiente de agua, que atacaría todo, que comerla sería malo para ti, que podría ser venenosa", contó Guillermo a una entrevista que otorgó a BBC.
Los pescadores informan una disminución en las poblaciones de especies nativas debido a la presencia del paiche. Se prevé que su expansión continúe en las próximas décadas, impactando negativamente la biodiversidad.
A pesar de esto, para los pescadores locales, el paiche ha sido beneficioso. Aunque al principio lo temían, pronto descubrieron su potencial culinario y ahora se consume en todo Bolivia. Sin embargo, encontrarlo en el vasto territorio amazónico es un desafío, ya que prefiere aguas tranquilas y migra cuando se siente amenazado.
Esto ha llevado a los pescadores a viajar a áreas remotas durante semanas en busca de paiches, lo que ha generado conflictos con comunidades indígenas. Estas comunidades, dueñas de lagunas donde se encuentra el pez, también están pescando y vendiendo paiche, creando tensiones con los pescadores tradicionales.