La propulsión del cuerpo celeste nombrado 12P/Pons-Brook, cuyo diámetro alcanza los 31 kilómetros, equiparable al de una pequeña ciudad, aún no ha sido considerada como una amenaza por los principales entes de estudio astronómico.
El estallido fue captado inicialmente por la Asociación Astronómica Británica. Los científicos de esta entidad se percataron de lo sucedido al notar que la luz emitida por el cometa era docenas de veces más brillante. Esto se habría debido al reflejo luminoso en su "coma", la nube de gas que rodeaba su centro.
"Para los no iniciados, tales erupciones ocurren cuando un gran nivel de gas y hielo se acumula y se quema como una lata de Coca-Cola congelada, lo que hace que el interior helado del cometa explote a través de grandes grietas que se forman en la corteza del núcleo", detalla el medio estadounidense The New York Post.
El estallido causó que al "coma" del objeto espacial le salieran pronunciaciones parecidas a "cuernos", que evocaron la imagen de un demonio en los científicos que lo observaron. Por ello fue nombrado de esa manera.
"Los dos 'cuernos' pueden ser causados por un respiradero criovolcánico de forma peculiar con algún tipo de bloqueo que provoca que el material sea expulsado con un patrón de flujo extraño", explicó Richard Miles de la Asociación Astronómica Británica al portal referido.
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El cuerpo celeste llegará a su punto más cercano a la Tierra en el 2024. En aquel momento será visible desde la superficie del planeta. Pese a que es imposible garantizar que su trayectoria no variara con respecto a los pronósticos de expertos, se espera que no impacte a la Tierra y que, después de atravesar sus proximidades, sea catapultado de vuelta al sistema solar.