La noche del 26 de noviembre del 2015,
la vida de Francisco Sampedro dio un giro de 360 grados, solo por transportar un
monigote de borrego. El guayaquileño fue acusado de “tráfico de armas químicas y nucleares”. Ahora, Francisco intenta rehacer su vida tras el insólito caso.
En aquella fecha Guayaquil vivía una jornada de protestas en contra de las enmiendas constitucionales planteadas por el expresidente Rafael Correa.
Ese día, Francisco fue contratado para llevar un monigote en forma de borrego y otros instrumentos para la marcha.
Por su parte, los policías de la época dijeron que en el balde de la camioneta encontraron “material de propaganda, palos, botellas que en el interior parecía combustible para quemar y llantas. Todos esos objetos fueron lanzados e incinerados por los manifestantes”,
reza el parte policial.
Tras escucharse una explosión y siguiendo las cámaras de vigilancia del ECU 911, los policías lograron ubicar a la camioneta y al conductor, una vez localizados fueron trasladados hasta la Unidad de Flagrancia. Mientras, en las calles 9 de Octubre y Malecón, los manifestantes incendiaron el monigote.
Las autoridades detuvieron a
Sampedro por “delito flagrante” y posteriormente fue acusado de transportar armas nucleares, biológicas y explosivos. Por esta causa, el
Código Orgánico Integral Penal (COIP) establece de 10 a 13 años de cárcel.
Sin embargo, la Fiscalía consideró que este tipo penal no era el adecuado y
se lo culpó por transporte de armas de fuego, municiones y explosivos no autorizados; infracción establecida en el artículo 361 y castigada con pena privativa de libertad de tres a cinco años.
El 20 de febrero del 2016, Francisco salió de prisión preventiva y pudo enfrentar el juicio en libertad. Finalmente, en junio del 2017 fue declarado inocente, pues la
Fiscalía se abstuvo de acusarlo al considerar que no había elementos suficientes.
En un video publicado por el grupo
Resistencia EC, Sampedro comentó que esta situación afectó económicamente a toda su familia,
“me quedé sin trabajo estable y sin carro, el sustento para llevarles el bocado de comida a mi familia”.
Agregó
“prácticamente me han hecho un daño porque me han cerrado las puertas en el sistema de trabajo, me piden la cédula para ingresar y luego no me llaman”.
Sigamos ayudando para que #FranciscoSampedro pueda volver a tener una camioneta, que la solidaridad de muchos sea más que la maldad de uno. Donemos haciendo click en la imagen, vía GoFundMe.