El embajador italiano Giovanni Davoli dice que Ecuador está viviendo lo que pasó en Italia en las décadas del setenta al noventa, cuando la mafia asesinó a jueces, periodistas, policías, empresarios... Pero hubo algo que cambió para siempre y permitió al país mediterráneo crear una cultura antimafia. ¿Está Ecuador a tiempo de cambiar su futuro?
ERA 1992 y Giovanni Davoli se estaba graduando como licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de Roma. Ese año fue crucial para Italia y para Davoli. Los ataques de la mafia habían tenido una violenta escalada desde casi dos décadas atrás hasta que, el 23 de mayo de 1992, un atentado explosivo acabó con la vida del juez antimafia Giovanni Falcone, quien se dirigió a su carrera contra la 'Cosa Nostra'. Junto a él murieron también su esposa y su guardaespaldas. Dos meses más tarde, el 19 de julio, un coche bomba, terminaba con la vida de otro magistrado: Paolo Borsellino, y cinco agentes de su escolta.
Fue un giro de 180 grados para el país mediterráneo: la sociedad empezó a llamar las cosas como son: mafia, ya denunciar a sus integrantes; en las escuelas y colegios se contaba a los niños y jóvenes quienes fueron los jueces antimafia Falcone y Borsellino, y por qué se los consideraba héroes; y en el círculo judicial, la muerte de estos dos magistrados inspiró la carrera de nuevos jueces comprometidos en la lucha contra la mafia. Así lo explica el embajador Davoli, quien llegó al Ecuador el año pasado y observa cómo el país andino está viviendo lo mismo que Italia antes de 1992.
Para él, tras la muerte de esos dos magistrados “hubo un renacimiento ético en mi país, la gente dijo ¡ya basta!”. Y eso también marcó su carrera como funcionario público y diplomático: “Ese nivel de violencia no era un ataque contra una persona, sino contra el Estado”. ¿Qué está esperando Ecuador para ese renacimiento ético? La mafia ha matado a fiscales, policías, militares, periodistas, políticos... El más reciente crimen de alto rango: Porfirio Cedeño, comandante del Grupo de Operaciones Especiales de la FAE.
La solución no es sencilla. Nuestro país se ha convertido en la mayor plataforma de exportación de cocaína hacia Europa, aunque no somos un país productor. Esto hace que el crimen organizado mueva unos 30 mil millones de dólares desde Ecuador, es decir, el 25 por ciento del PIB del país. Aunque no todo ese dinero se queda aquí.
En el marco de la celebración de los 25 años de relaciones diplomáticas entre Ecuador e Italia, se desarrolló un seminario sobre lavado de activos con la experiencia de expertos italianos en el combate a las mafias.
¿Qué pasó en Italia en los años setenta y ochenta, y cómo fue el cambio a partir de 1992?
Fue en un momento totalmente dramático: un ataque muy fuerte contra el Estado. La mafia es un problema muy antiguo en Italia, pero cuando entró el narcotráfico en los setenta cambió su modus operandi. Se hizo más violento, más cruel, se incrementó su nivel de arrogancia y ataque contra el Estado y la comunidad. El asesinato de Falcone y Borsellino levantó algo en la conciencia de los italianos: un renacimiento ético en mi país, especialmente en las regiones más afectadas por la mafia.
¿Cuáles consideran que son los problemas de Ecuador para que haya llegado a este punto?
Hubo algunos factores que hicieron que Ecuador se convirtiera en una base logística de operaciones para la mafia transnacional. Ecuador nunca fue un país productor de droga y hasta ahora no lo es. Las grandes cantidades de droga que salen provienen de otros países. Y hubo algunos eventos como los acuerdos de paz en Colombia (grupos disidentes de las FARC continuaron con actividades ilícitas y se desplazaron a Ecuador) y las organizaciones criminales se dieron cuenta de que Ecuador tenía alguna ventaja: buena infraestructura logística para la exportación, y también, probablemente, la dolarización que ayuda con el lavado de activos.
Esta mafia transnacional tiene que ver con el envío de cocaína a Europa en los últimos años. ¿Hay alguna relación con la mafia albanesa que se asentó en Ecuador?
Esas siempre son preguntas difíciles de contestar porque hay varios factores. Europa se convirtió, por algunas razones, en el principal mercado de la cocaína mundial. Antes era Estados Unidos. Evidentemente la mafia europea se dio cuenta que debía involucrarse en Sudamérica y Ecuador, que es el país de donde vende la gran mayoría. Pero la mafia es una sola, transnacional.
Los grupos a veces se pelean entre ellos cuando los intereses no coinciden ya veces se alían cuando los intereses coinciden. En este caso hay un interés común: enviar el producto procesado en otros países (Colombia y Perú) a Ecuador y de aquí a Europa. Hay el interés de la mafia ecuatoriana para gestionar este trámite y el interés de la mafia europea para que la cocaína llegue allá. Entonces, ahí se crea una alianza, una mafia transnacional.
Usted ha mencionado que se debe atacar al bolsillo de las mafias. Justamente se celebró un seminario del programa Itajus con funcionarios judiciales ecuatorianos, a propósito de la celebración de los 125 años de relaciones diplomáticas entre los dos países.
Hay que atacar por varios lados. El narcotráfico no es el único negocio que tiene la mafia: hay extorsiones, secuestros, minería ilegal. Si nos concentramos solamente en el narcotráfico, nos perdemos de ver el cuadro completo. Una de las cosas más importantes, aparte de la represión policial y militar, es el trabajo de la justicia. Hay que concentración en el lavado de activos, que es algo que Ecuador acaba de empezar. Las mismas autoridades ecuatorianas nos dijeron: “Necesitamos ayuda”.
Para combatir el lavado de activos no solo se necesita un fiscal y un juez. Se necesitan profesionales capacitados en la materia. Nosotros, en Italia, tenemos una Policía Tributaria que está muy especializada en eso y que dio una grandísima contribución para investigar los crímenes financieros. Atacar el lavado de activos es atacar a la mafia donde le va a doler. Entonces, cuando un fiscal está investigando el lavado de activos puede recurrir a esos profesionales que son particularmente capacitados en la materia.
Otro de los problemas es la infiltración del crimen organizado en las fuerzas del orden. Hace más de dos años el exembajador de Estados Unidos, Michael Fitzpatrick, habló de narcogenerales. Y hasta ahora no ha pasado nada.
Yo llegué a Ecuador después de que el exembajador diera esas declaraciones, así que no podría pronunciarme sobre eso. Pero es claro que hay un nivel de corrupción importante en este país en las instituciones. Considerando que las mafias en Ecuador mueven mucho dinero (30 mil millones de dólares), el tamaño del negocio es tan grande que necesita corrupción para funcionar. Esto hay que combatir, por ejemplo, con capacitación, para tener funcionarios que puedan reconocer velozmente las señales de posible corrupción.
¿Qué más haría falta para combatir a las mafias y cortar el problema de raíz?
Ecuador también necesita una cultura antimafia. Lo que pasó en Italia: un levantamiento de la sociedad civil, una revolución cultural, empezar a llamar a cosas con su nombre y explicar a los niños en la escuela por qué la mafia es mala. Hay que cuidar de no romantizar la mafia con las narconovelas. Depende del Estado, de las autoridades del país, de los profesores. Que los chicos entiendan que hay que mantenerse alejados de las mafias porque al final la mafia siempre cobra, incluso con la vida.
¿Qué pasa si el país, las autoridades, los políticos y los ciudadanos no adoptan una cultura antimafia?
La cosa puede solamente empeorar. Ecuador tiene una belleza natural increíble y también gente linda. Pero lamentablemente se ha puesto en el mapa mundial por razones equivocadas: ser uno de los países más violentos del mundo. Se debería hablar más del Ecuador por su belleza natural, su gente, de su exquisita comida, de su clima, de sus montañas, playas y selva. Tenemos que ser optimistas y pensar que de aquí en unos años el país va a salir de este problema y se va a convertir en lo que es: un paraíso.
Esta entrevista fue originalmente publicada inicialmente el 6 de marzo de 2025 en la edición impresa de Revista Vistazo. Más contenido exclusivo en nuestra suscripción digital .