En la trama del intercambio de favores hay un elemento presente en Brasil: el aporte para campañas políticas. ¿Fue Odebrecht uno de los aportantes de la campaña presidencial de Alianza PAIS como insinúan medios brasileños? Vistazo consultó a quien fue, entonces, el responsable de la colecta de aportes, el hermano del Presidente, Fabricio Correa.
“No me ofrecieron, tampoco hubiera aceptado. Las FARC me quisieron entregar 100 mil dólares para campaña, aporte que tampoco acepté”. Evoca la reunión, en la que participó un coronel retirado que habría actuado como enlace. Aclara, que él responde por el manejo de 27 páginas de contribuyentes a quienes limitó el aporte en 50 mil dólares.
“No puedo hablar de la etapa desde que Rafael salió del Ministerio y armó la organización política (Alianza PAIS); sino de la campaña 2006. Hubo contratistas que me buscaron, pero no lo permití”. El hermano del Presidente, quien es ingeniero, fue subcontratista de Odebrecht en la ejecución del Parque Lagos en la presa Chongón, a través de la empresa Aplitec.
Su compañía también hizo una obra de menor cuantía, contratada por Odebrecht, en la central San Francisco. Correa aclara que él alertó a su hermano sobre los problemas técnicos en la central. “Me buscó el gerente de Odebrecht y le dije: ‘Vea pana, devuelva los 13 millones de premio y pida a Brasil 100 millones para arreglar las embarradas que han hecho’”. Niega haber sido intermediario de la empresa y resalta que por pedido del Presidente solicitó a la constructora corregir sus errores en una única reunión.
En San Francisco hubo otros pecados, graves. La Comisión de la Deuda Externa detectó que el crédito con BNDES, que financió el 80 por ciento del monto original, era lesivo para el país.
El costo inicial era 286,8 millones; pero tras la firma de 10 adendas (modificaciones al contrato, práctica común de la constructora para reajustar los precios), subió a 369,3 millones. A fines de septiembre de 2008 la firma brasileña fue expulsada. Volvió en 2011, campante, para recibir contratos adicionales cuyo denominador común es, al fin de cuentas, la variación entre el precio original, y el valor final pagado por el Estado: central Pucará, central Manduriacu, obra vial Ruta Viva, remoción de tierras en Refinería del Pacífico, poliducto Pascuales-Cuenca, trasvase Daule-Vinces; todo lo cual supera los 1.200 millones en montos contratados.
Últimamente le fue adjudicada la fase dos de la construcción del Metro de Quito, en consorcio con la firma Acciona. Las primeras investigaciones ecuatorianas apuntan a encontrar el responsable de las coimas en este contrato.
