Ana Cabezas Bazán: "No se necesita ser rico para ayudar a los demás"
Día de la Mujer: Ana Cabezas, fundadora de Casa Hogar Campesino, en la provincia de Esmeraldas, fue reconocida como Mujer del año por revista Hogar, en el ámbito de acción social.
Fue en el 2002 que inició su trabajo, pero todo escaló por su deseo de que los niños, a diferencia de ella, pudiesen educarse. Fue así que acudió a la curia de su sector, allí se encontró con Sor Camila Andreatta quien la ayudaría a fundar Casa Hogar Campesino, y con el apoyo de bienhechores esmeraldeños e italianos en el 2010 lograría construir una casita de cemento para albergar a los pequeños.
Tras la muerte de la religiosa, hecho que sucedió hace poco más de un año, Ana con apoyo de sus 5 hijos biológicos se ha mantenido trabajando, cuidando de los niños y tocando puertas, así como se lo pidió Sor Camila antes de morir, para no cerrar y seguir ayudando.
En el 2015, el Consejo de Gobierno de Esmeraldas le otorgó a la Casa Hogar Campesino la condecoración al mérito ciudadano y en el 2021 la Gobernación de Esmeraldas le dio el reconocimiento por su labor de acción social.
“No sé leer, ni escribir, pero sí sé hablar”, nos dice Ana, quien asegura que "no se necesita ser rico para ayudar a los demás", además nos confirma que este proyecto nació de su voluntad y deseo de que los pequeños no pasaran hambre, ni sufrieran el analfabetismo con el que ella creció.
“Yo pido a Dios que no me abandone”, nos dice ella, quien a sus 67 años y con 37 niños a su cargo se levanta a cada día y ve la forma de solventar los gastos de esta casa de acogida.
En su discurso durante la entrega del reconocimiento de Mujer del Año dijo: "No tengo dinero, pero si tengo un hogar que me dejó una monja y ella ya murió, he quedado como un árbol sin hojas. Hay personas que tengo que golpearles la puerta porque no tengo que darles de comer a mis niños, ellos abren su corazón y me van a dejar aunque sea una libra de arroz o cualquier cosa, pero les doy de comer todos los días, así sea un agua de canela, que se me acuesten con el estómago lleno. No me da vergüenza".