La mujer en el deporte

19 agosto 2024 - Opinión

La más intensa emoción colectiva de los ecuatorianos en días recientes fue la generada por los éxitos en los Juegos Olímpicos de París 2024.

Sin duda la medalla olímpica de oro de Daniel Pintado que se suma a la de Jefferson Pérez, en Atlanta 1996, y Richard Carapaz, en Tokio 2020, simboliza el avance de nuestros campeones. Pero, estas líneas quiero dedicarlas a nuestras deportistas.

Me involucré en el deporte femenino en los años 90s cuando formé hogar con Mechita Icaza Olvera, muy destacada en básquet integrando la selección que alcanzó campeonatos regionales. Ella me decía, “verás que algún día haremos noticia por los éxitos deportivos” Cuando falleció, año 2005, como la Revista Hogar, singulariza homenaje a mujeres destacadas todos los años, propuse a Rosa Amelia Alvarado, la creación del Premio a la Mejor Deportista del Año, ofreciendo yo donarlo, en homenaje a la memoria de Mechita.

Todos los años se procesa la información de los espacios que estén alcanzando nuestras deportistas y se decide a cual se le da el Premio.

En las Olimpiadas en París, de las cinco medallas obtenidas por el Ecuador, cuatro son alcanzadas por mujeres, Glenda Morejón y Lucía Yépez, medallas de plata, Angie Palacios y Neisi Dajonés, medallas de bronce.

Neisy en Tokio, 2020, ya fue medalla de oro.

En el elogio a la Mujer Deportista, no me limito a las medallistas, lo extiendo a otras participantes que lo hicieron con mucho honor, algunas obtuvieron diplomas olímpicos, que se da a los ocho mejores participantes, así como a otras deportistas. Y ha habido otras deportistas de éxito fuera de las Olimpiadas, en múltiples torneos.

Los méritos principales son de ellas.

Desde la segunda década del siglo XXI, los movimientos de mujeres en el mundo escogieron el color violeta como emblemático de la lucha por la reivindicación de derechos de las mujeres. En el Ecuador el año 2022 se expidió la Ley Orgánica para la Economía Violeta y su Reglamento se dictó en noviembre del 2023. Se dispuso la creación de políticas públicas para la equidad y la paridad de las mujeres –en su diversidad– a fin de que se fortalezca en el ámbito laboral público, privado y comunitario; y en la participación política, social, cultural, educativa y económica. En buena hora.

Las normas constitucionales y de varias leyes establecen los derechos por lo menos de paridad, en beneficio de las mujeres, y hay sectores que lo toman solo como obligación que hay que cumplirla.

Lo más bello de la Mujer deportista es que se ganó sus ubicaciones de éxito en las pistas, canchas y más escenarios deportivos, compitiendo, no esperando ser solo cuotas impuestas por Ley.

Y en calidad humana, otro ejemplo. Cuando a las medallistas les requirieron que recompensa esperaban del Gobierno, coincidieron en pedir que les cumplan con la entrega de viviendas, haciendo mención de las estrecheces en que viven sus familias.

En deportes, la Mujer ecuatoriana, antes y más allá de la justicia que conlleva la Ley Violeta, forjaron espacios de éxito.

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