Pliegues y curvas en la ropa urbana del "hombre plisado" de Issey Miyake
En los últimos años esta sección de Miyake ha acelerado sus estudios de tejidos para crear piezas que pueden conservarse en plano para después ser montadas a través de botones como si fueran obras de papiroflexia.
La propia invitación al desfile adelantaba el espíritu de la presentación: un cartón marcado con números para convertir una figura triangular en una pirámide tridimensional.
En esta colección otoño-invierno 2023/2024, presentada en el Palais de Tokyo de París en el marco de la Semana de la Moda hombre, la investigación prosiguió a base de formas geométricas y curvas planas en siluetas muy estructuradas.
En paralelo a la pasarela se desarrollaba un armonioso espectáculo coreografiado por la bailarina Satchie Noro, donde una decena de bailarines se movían el ritmo de unas luces blancas proyectadas en los muros, como ondas.
Esa tranquilidad se transmitió en tonos neutros, como el gris claro y un desgastado negro, en prendas técnicas, como impermeables, ponchos y chalecos sin mangas.
Sobre ellos destacaban el púrpura, el verde manzana y el rojo, para añadir un punto de energía.
Llamaron la atención unas chaquetas vueltas, que iban colgadas del hombro mediante cintas como si se tratara de una bandolera, lo que daba de hecho la impresión de que eran bolsos.
Una de las siluetas más arriesgadas fue una falda de plisados y corte asimétrico, que recordó a los típicos kilts escoceses.
También se vieron chaquetas deportivas con capucha y con mangas redondeadas en los hombros, mientras que los pantalones pitillo y un poco sueltos dejaban ver la importancia que da la marca al confort, sin desmejorar el estilo.
Al contrario que la línea femenina, Homme plissé es la obra del grupo creativo de Miyake, un conjunto de diseñadores anónimos que trabaja en nombre de la marca, sin el peso mediático que suelen tener los directores creativos.
La marca, que perdió a su fundador, Issey Miyake, el pasado mes de agosto a los 84 años, ha apostado en los últimos años por convertir sus desfiles en encuentros artísticos con el público, a quien propone no solo ropa, también un momento de contemplación con danzas y espectáculos que van acorde al espíritu de la colección.
