Carolina Piechestein: "Soy una actriz de valor y no voy a ir a por menos, voy a ir a por más"
Para Carolina Piechestein, la actuación es una forma de crear con la gente, un hilo que nunca se rompe, es una manera de comunicar y de conectar con personas que, probablemente, no volverá a ver. Su misión en escena es llevar un mensaje que le haga sentido por lo menos a uno.
Aunque en su profesión existen diferentes rubros, el humor se ha convertido en uno de sus favoritos. Según dijo en una conversación con Revista Hogar para el segmento ‘Chicas Reales’, trabajar en aquel campo representa un gran reto, puesto que el primer paso para su desarrollo es “es saber reírte de ti mismo”.
Más allá de una extensión del arte que ejecuta, Piechestein observa a la comedia como una forma de liberación o sanación. “Es poder reírte hasta las cosas más duras”, dijo y explicó que el humor se encuentra en cada espacio de su vida, aunque en ocasiones intente evitarlo. “Me siguió a México y me abrió puertas”.
Lejos de su natal Ecuador, Carolina encontró nuevas oportunidades para dar a conocer su talento. Seducida por su pasión por viajar, la artista se estableció en México con el objetivo de continuar sus sueños y crecer, tanto laboral como personalmente, puesto que tomar un avión sola, más allá de brindarle felicidad, le permite sentirse poderosa.
“Además de estar en el escenario, si hay dos sensaciones en mi vida que yo puedo decir que constantemente quiero repetir son: estar en el escenario y viajar”, explicó.
Aunque para muchos recorrer el mundo en soledad puede significar un motivo de tristeza, para Carolina es lo contrario. “[Estar] sola te obliga a relacionarte con los demás. Cuando estás acompañado por alguien ahí te aíslas del resto, pero cuando estás sola te obligas a conocer gente”, añadió.
Es aquella valentía y apetito por explorar la vida la que le hizo dejar Ecuador para perseguir sus anhelos. “Yo soy una actriz de valor y no voy a ir a por menos, voy a ir a por más”, dijo para revelar que desea sumergirse en la actuación dramática y algún día, hacer una película con Almodóvar.
“Estando aquí en Guayaquil no lo voy a poder lograr... si lo quiero, pues, tengo que moverme. Moverme, incomodarme, y cuando me vuelva a sentir extremadamente cómoda me volveré a mover”, confesó para este medio.
Piechestein le es fiel a los cambios. No les teme, los abraza y acepta. No solo aquellos que tienen que ver con territorios, sino también esos integrados a la naturaleza del ser humano y que figuran como efectos del tiempo: la edad.
“Me gusta la edad, me encanta la edad y me parece que mientras más uno crece tiene ese reto de amar a su cuerpo, de ver su cuerpo cómo cambia. La juventud está increíble, no voy a decir que no, pero madurar y crecer y ser testigo de los cambios que hay en tu cuerpo es maravilloso”, explicó.