El Día de los Enamorados es prohibido por los talibanes en Afganistán
Las vitrinas de la calle de Kabul, conocida por albergar a decenas de floristas, están llenas de ramos color carmín, peluches rojos y guirnaldas, pero las tiendas permanecen desiertas el martes, constataron periodistas de AFP.
En un escaparate, un cartel del ministerio de Prevención del Vicio y Promoción de la Virtud ordena "evitar celebrar la Fiesta de los Enamorados".
"El Día de los Enamorados no es islámico y no forma parte de la cultura afgana, sino que es un eslogan publicitario de los infieles. Celebrarlo es mostrar simpatía hacia el papa cristiano", se lee.
En un escaparate, un cartel del ministerio de Prevención del Vicio y Promoción de la Virtud ordena "evitar celebrar la Fiesta de los Enamorados".
"El Día de los Enamorados no es islámico y no forma parte de la cultura afgana, sino que es un eslogan publicitario de los infieles. Celebrarlo es mostrar simpatía hacia el papa cristiano", se lee.
El Día de San Valentín nunca se celebró ampliamente en Afganistán, pero en los últimos años algunos habitantes adinerados de las grandes ciudades solían marcar el acontecimiento.
Vestidos con delantales blancos, agentes del ministerio de Prevención del Vicio y Promoción de la Virtud patrullan el barrio, escoltados por guardias armados para velar por el respeto de la prohibición.
Arrodillado ante su tienda, Omar quita las espinas y los pétalos marchitos de sus rosas, pero no tiene muchas esperanzas de venderlas. "Como pueden ver no tenemos clientes, la situación es muy mala", explica.
"Antes teníamos muchos clientes que regalaban flores. Pero la situación económica actual de los habitantes no les permite hacerlo y, además, ya no se les permite comprarlas", comenta descontento.
"El emirato islámico de Afganistán no permite a la gente celebrar el Día de San Valentín, así que tenemos menos clientes", detalla su colega Fayaz.
El Día de San Valentín nunca se celebró ampliamente en Afganistán, pero en los últimos años algunos habitantes adinerados de las grandes ciudades solían marcar el acontecimiento.
Vestidos con delantales blancos, agentes del ministerio de Prevención del Vicio y Promoción de la Virtud patrullan el barrio, escoltados por guardias armados para velar por el respeto de la prohibición.
Arrodillado ante su tienda, Omar quita las espinas y los pétalos marchitos de sus rosas, pero no tiene muchas esperanzas de venderlas. "Como pueden ver no tenemos clientes, la situación es muy mala", explica.
"Antes teníamos muchos clientes que regalaban flores. Pero la situación económica actual de los habitantes no les permite hacerlo y, además, ya no se les permite comprarlas", comenta descontento.
"El emirato islámico de Afganistán no permite a la gente celebrar el Día de San Valentín, así que tenemos menos clientes", detalla su colega Fayaz.