El cómic, un recurso valioso que contribuye al aprendizaje
El cómic tiene su origen prehistórico con los jeroglíficos. El ser humano desde hace 14.000 años tuvo la necesidad de expresarse a través de dibujos para explicar una historia, un acontecimiento. Esta práctica ha evolucionado notablemente en el siglo XXI y fue acogida en el periodismo para contar hechos políticos y económicos con humor, y en el ámbito del entretenimiento se trasformó en series cómicas trasladadas a la pantalla de la televisión, además del papel.
De allí las icónicas historias de Condorito. En el ámbito de la educación, al cómic se lo utiliza como un recurso pedagógico para la enseñanza y aprendizaje en niveles escolares, bachillerato y universidad. En este espacio nace el proyecto denominado “El cómic como recurso educativo para mejorar las destrezas lectoescritoras en estudiantes de bachillerato del país”, impulsado por iniciativa de las docentes Marcela Castillo e Isadora Rodríguez de la carrera de Pedagogía de la Lengua y Literatura de la UTPL.
Combinar el arte y la literatura con la utilización de una herramienta como el cómic para adaptaciones de obras literarias, ensayos y artículos, con el fin de mejorar las habilidades de comprensión lectora de estudiantes de nivel básico y bachillerato. La metodología basada en proyectos se aplicó en escuelas y colegios de Ecuador.
Se aplicó un test de diagnóstico para determinar el grado de dificultad que presentan escolares, adolescentes y universitarios, con la lectura. Entre los resultados que se obtuvieron, destaca: cuando leen no respetan signos de puntuación, el tono de voz que emplean no es el adecuado, retraso entre la visualización y la lectura en voz alta, cambiar u omitir palabras.
Además, se identificó que los niños, adolescentes y jóvenes universitarios no distinguen los géneros literarios, no abstraen la idea central y, por ende, hay escaso desarrollo de la comprensión inferencial y la comprensión crítica. Por ello, la utilización de la herramienta del cómic como recurso didáctico contempla la lectura reflexiva, inicialmente, y contribuye al desarrollo de los tres niveles de comprensión lectora: literal, inferencial y crítico.
El buen lector comprende en los tres niveles, lo que permite una aceptable valoración e interpretación de lo que lee, es decir, una mayor inferencia, por ejemplo, la relación del título con la portada y el contenido, la interpretación y análisis de los argumentos y finalmente la aplicación en la vida.
Un dato importante que las investigadoras Castillo y Rodríguez argumentan es que la vista constituye un elemento de fundamental importancia para el fomento de la observación, habilidad innata de la persona que sin duda debe desarrollarse desde edades escolares.
Entre los resultados se distingue que el trabajo en equipo es vital para la implementación de proyectos a gran escala. El cómic como recurso pedagógico para la enseñanza de la lectura contribuye a descubrir habilidades artísticas relacionadas con el dibujo y la escritura; mejorar aspectos como la comprensión, interpretación y valoración; y desarrollar la creatividad y el pensamiento crítico y las habilidades comunicativas.
Como recomendación se anima a las familias ecuatorianas a que incorporen en sus rutinas la lectura por un tiempo de 15 minutos al día, pues de esta forma se va incluyendo a la lectura como un hábito individual y familiar.
NIVELES DE COMPRENSIÓN LECTORA LITERAL
“Es la inmediata percepción del contenido de un escrito por parte de un lector”. Esto significa que se hace descodificación de los signos de la escritura y luego los signos de la lengua. No hay una interpretación de la lectura, la información está presente.
INFERENCIAL
“Es un proceso de comprensión más profunda”, lo que quiere decir que hay una indagación de fondo en los detalles del texto sobre lo oculto tras las líneas. “Saber inferir es una operación de la inteligencia esencial para la comprensión global de un texto, ya que es el camino para detectar la coherencia y establecer la macroestructura”.
CRÍTICA O TRANSTEXTUAL
Es la suma de las dos anteriores: en lo externo, el lector contextualiza y coteja la información desde otras miradas para clarificar, afianzar, completar y establecer la coherencia global, referencial y pragmática. Busca explicaciones del porqué de lo que está leyendo y se atreve a plantear hipótesis.