La educación, en todos sus niveles, tuvo que adaptarse a un nuevo entorno, donde la virtualidad se convirtió en la mejor herramienta para continuar con las clases, debido al confinamiento y las restricciones de movilidad.
Afortunadamente, para las universidades acoplar la parte académica a la modalidad virtual no fue muy complejo, manifiesta Mónica Franco, vicerrectora de Vinculación de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil (UCSG). “Hemos contado con procesos de capacitación para el uso de las tecnologías, no solo para las sesiones sincrónicas y asincrónicas que reemplazaron la presencialidad, sino también sobre formatos de evaluación a través de la plataforma Moodle: cuestionarios, tareas, mapas mentales, foros, etc.”, explica Franco.
Además,
las plataformas de comunicación abierta como Teams y Zoom, sirvieron para las videoconferencias, siendo sumamente útiles para el desarrollo de las sesiones de clases remotas. Desde hace 15 años la UCSG implementó la plataforma Moodle, motivo por el cual tanto docentes como estudiantes tenían un conocimiento claro de su uso, lo que permitió adaptarse rápidamente al trabajo en entornos virtuales.
Para la Universidad Laica Vicente Rocafuerte (ULVR) el reto fue acoplar la parte administrativa a la plataforma tecnológica que la institución había implementado con anterioridad.
“El Sistema de Enseñanza Virtual ya se usaba para las tareas, descargas, trabajos en grupo y todo lo que implica un proceso de educación. Lo que hicimos fue fortalecer algunos aspectos con software para que la experiencia del alumno no sea muy diferente a cuando estábamos en clases presenciales”, asegura el vicerrector Administrativo de la ULVR, Rolando Villavicencio.
Cada institución adoptó una modalidad de acuerdo a sus necesidades. Por ejemplo,
el IDE Business School instaló micrófonos, cámaras y otros artefactos en sus aulas para convertirlas en estudios de televisión. Así, los profesores adaptaron sus didácticas de clase para alcanzar los objetivos de aprendizaje previamente establecidos al nuevo entorno virtual.
“Lo que fue reforzado con distintas soluciones informáticas, tanto a nivel de software como de hardware, mismas que se integraron dentro del portal de alumnos que ya teníamos en funcionamiento”, manifiesta Daniel Susaeta, director General del IDE Business School.
Otro reto del IDE fue que los participantes de los programas de formación tuvieron que adaptar un espacio en sus hogares para recibir clases con las debidas disposiciones ambientales necesarias y así conseguir los niveles de concentración requeridos.
En otras instituciones, la modalidad presencial para las clases aún no está dentro de su planificación, aunque una parte de la formación demanda la asistencia de los universitarios. “Muchos de nuestros estudiantes de los últimos semestres han realizado el proceso de sus prácticas preprofesionales; entre ellos, los de internado de medicina y enfermería; los futuros psicólogos clínicos, voluntariamente, solicitaron asistir a hospitales y prestar su contingente en época de pandemia, varios estudiantes de otras carreras como Arquitectura, Ingeniería, Comercio, entre otras, han hecho solicitudes similares y las hemos viabilizado, siempre asegurándonos de que en los espacios que los reciben dispongan para ellos de todas las condiciones se bioseguridad requeridas”, resalta Mónica Franco de la UCSG.
Mientras que el modelo híbrido: presencial-virtual ha funcionado en la ULVR, institución que decidió adoptar esta forma de trabajo permanentemente, con el objetivo de tener un entorno que permita mayor flexibilidad para sus alumnos. Es decir, explica Rolando Villavicencio, habrá un componente virtual que fortalezca a la educación presencial.
NUEVAS FORMAS DE ESTUDIO
La adaptación plena a la educación online es el gran reto de las universidades del país, lo cual demandará innovación y fortalecimiento de las capacidades de los equipos docentes y administrativos, de tal forma que se gesten procesos pedagógicos interactivos a través de las plataformas. “Hacer educación en línea significa utilizar los dispositivos tecnológicos de una manera tal, que siendo didácticamente empleados produzcan aprendizajes significativos”, aclara Mónica Franco.
En la actualidad, la UCSG ya cuenta con varias carreras en la modalidad online como Comercio, Administración de Empresas y Literatura, a más de la Maestría en Gestión del Talento Humano. En modalidad híbrida tiene programas de Maestría en Finanzas y Economía, Comunicación y Periodismo, Derecho procesal, Negocios Internacionales, Psicoanálisis y educación.
Mientras que el IDE Business School oferta la nueva maestría Master in Management (MiM) en modalidad semipresencial de un año de duración, la misma que estaba en análisis antes de la llegada de la pandemia. “La logramos implementar gracias a haber acelerado la puesta en marcha de las plataformas que hoy en día nos habilitan para poder impartir clases en la modalidad virtual”, destaca Daniel Susaeta.
En el caso de la ULVR, se conformó una comisión de especialistas que realiza un análisis para determinar si es factible incorporar la modalidad online, más aún, teniendo en consideración que las carreras de la universidad son afines al área social, y, por ende, son más compatibles con la enseñanza virtual
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