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Los drones se acercan cada vez más al consumidor

sábado, 25 abril 2015 - 10:51
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¿Está esperando un paquete? Imagine que a su puerta no llega un repartidor, sino un pequeño artefacto parecido a un helicóptero a control remoto, deja el encargo y se va volando. Esta escena no está muy lejana. Actualmente, muchas empresas empiezan a ver a los drones, también llamados Vehículos Aéreos No Tripulados (VANT), como un útil instrumento para la logística.

Ya el año anterior Amazon anunció su interés en repartir encomiendas con estos pequeños aparatos voladores. Ahora el primer paso fue dado: hace un mes el gobierno de Estados Unidos autorizó a la compañía a probar sus equipos en zonas rurales del país.

Aunque estas imágenes aún parecen futuristas, los drones también están llegando rápidamente al consumidor final. Es así que ahora también se pueden ver en tiendas de juguetes o de tecnología alrededor del mundo. La empresa de consultoría Deloitte ha mencionado a los drones como una tendencia de consumo de “perfil elevado y de nicho”. En un estudio reciente, la firma estima que en 2015 los drones no militares con un costo de 200 dólares o superior deberían sobrepasar el millón de unidades a nivel mundial; este año se espera que lleguen a comercializarse unas 300.000 unidades. Según las predicciones de Deloitte, los ingresos totales de esta industria podrían oscilar entre 200 y 400 millones de dólares hasta diciembre.

La consultora clasifica estos equipos en tres tipos: modelos para aficionados, para profesionales y de tipo empresarial. En el caso de los primeros, actualmente los precios en el mercado van desde 300 y 500 dólares por kit (incluido el dron, baterías adicionales, cargadores, módulos GPS y piezas de repuesto), según el estudio.

Estos aparatos, que pesan unos 500 gramos y miden aproximadamente medio metro, son mayormente usado para tomar fotos y hacer videos en alta definición. Dependiendo del modelo pueden ser controlados por una aplicación en el smartphone o la tableta o con un control individual. Deloitte explica que ante el avance en el desarrollo de sensores y lentes para smartphones, la calidad usada para los drones personales va en aumento.

En el caso del uso profesional se menciona que hay una amplia gama de usos para estas máquinas cuyo valor puede sobrepasar los mil dólares. Se usan para tareas como la vigilancia de cultivos o animales. Así como también para la exploración en industrias extractivas como la petrolera. Los Departamentos de Policía y los equipos de rescate también están cada vez más cercanos a esta tecnología, a la que le agregan cámaras de infrarrojos.

Sin embargo, pese a esta variedad y al creciente interés en el mercado, Deloitte apunta que los drones aún tienen obstáculos para ser un producto de masas. La tecnología de los drones aún no ha sido perfeccionada y por ello puede ser difícil manejarlos, aún más con ráfagas de viento ocasionales y algunas nubes. Un dron perdido podría aterrizar de forma segura en un área deshabitada, pero también podría chocar contra un edificio, o peor, impactar a una persona al caer, explica el estudio de la empresa.

Otro de los impedimentos para el desarrollo de esta industria está en las regulaciones. En países como Estados Unidos aún se discute sobre las medidas bajo las que pueden operar. Por ejemplo, para las pruebas autorizadas a Amazon solo se permite que cada dron vuele a 158 metros de altura y su operador debe estar aprobado por la Agencia Federal de Aviación, según la página web de esa entidad. En otros países como Costa Rica, también se discuten regulaciones como la prohibición de que vuelen sobre aglomeraciones humanas, de edificios, barrios, casas, o a menos de 30 metros de una persona, inmueble o vehículo.

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