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Buenas noticias sobre la leche

lunes, 1 agosto 2016 - 11:57
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Pese a ser frecuentemente cuestionada, la leche sigue apareciendo en las guías alimentarias de la mayoría de los países del mundo. Su aporte de calcio y proteínas es clave y recientes estudios sostienen que su consumo protege frente a ciertas enfermedades.  

Es común encontrar notas en Internet que recomiendan suspender el consumo de leche y productos lácteos por innumerables supuestos que lo relacionan con afecciones y enfermedades que van desde las alergias hasta el cáncer. Rafael Cornes, licenciado en Nutrición de la Federación Panamericana de Leche (Fepale), advierte sobre el daño que se puede causar excluyendo este alimento de la dieta por seguir publicaciones que no presentan fundamentos científicos.

Aclara que es cierto que algunas personas pueden mostrar características especiales que hacen que la leche común no les siente bien, como el caso de los intolerantes a la lactosa por ejemplo, “pero para ellos el mercado ofrece alternativas de leche y productos lácteos sin lactosa. De este modo pueden consumirlos sin privarse del aporte de proteínas y demás beneficios que ofrecen estos alimentos”. Menciona que, efectivamente, hay formas de obtener calcio y proteínas en el reino vegetal, pero aclara que son las de fuente animal, como la leche, las que permiten una mejor absorción de calcio y otros nutrientes por parte del organismo humano”.

La Organización de Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas (FAO) recomienda el consumo de entre 150 a 180 litros de leche al año por persona. En Ecuador la cifra llega solo a 113 litros, una ubicación intermedia en América Latina, entre el país con el mayor consumo: Uruguay con 250 litros y Bolivia, con el más bajo, 58 litros.

Hasta ahora la leche y los productos lácteos siguen apareciendo en las guías de recomendación de consumo diario de alimentos de todos los países del continente americano. Los especialistas enfatizan la importancia de su consumo durante la niñez y la adolescencia ya que es en esta etapa de la vida en la que se fija la mayor cantidad de calcio en el organismo que permitirá evitar desarrollar osteoporosis en la edad madura.

Patricia Sedó, de la Escuela de Nutrición de la Universidad de Costa Rica, recomienda a los adultos el consumo de entre 800 a 1.500 mg de calcio por día. Una taza de leche aporta casi una tercera parte de esta recomendación diaria. Por otra parte, ofrece un argumento científico para lo que siempre ha sido una sugerencia de la sabiduría popular: beber un vaso de leche tibia antes de acostarse evita el insomnio. La nutricionista explica que uno de los aminoácidos contenidos en la leche, el triptófano, estimula la producción de la serotonina, un neurotransmisor que favorece la relajación y la somnolencia, lo cual convierte al vaso de leche en una buena manera de contrarrestar los efectos de los estados de ansiedad al tratar de conciliar el sueño.

HIPERTENSIÓN Y COLESTEROL

Es consenso para los médicos cardiólogos que una de las mejores maneras de evitar la hipertensión y de controlarla es la dieta DASH, por las siglas de Dietary Approach to Stop Hypertension (acercamiento dietético para detener la hipertensión). Es interesante conocer que esta dieta incluye lácteos bajos en grasa, entre otros alimentos como frutas, vegetales, granos enteros, carnes blancas, bajo consumo de sodio y alto de calcio.


Uno de los aminoácidos contenidos en
la leche, el triptófano, estimula la
producción de la serotonina, un
neurotransmisor que favorece la relajación.

Además de controlar los niveles de presión arterial, la dieta DASH baja los niveles de colesterol malo (LDL) y del colesterol bueno (HDL), y puede incrementar los niveles de triglicéridos. Tratando de lograr los mismos beneficios (bajar la hipertensión y el colesterol malo) pero sin bajar el colesterol bueno y sin aumentar los triglicéridos, un grupo de científicos del Children’s Hospital & Research Center en Oakland decidieron investigar cuáles serían los resultados de una dieta DASH modificada, que incremente su contenido de grasa a través del consumo de leche y lácteos enteros no descremados, pero con menor ingesta de carbohidratos. Los resultados de este nuevo estudio mostraron que esta dieta modificada con más contenido de grasa logró los mismos resultados beneficiosos en el control de la presión arterial pero además logró reducir los triglicéridos y no aumentó significativamente los niveles de colesterol malo.

MÁS EVIDENCIA

Por otra parte, un meta análisis liderado por Peter C. Elwood indica que después de estudiar muertes atribuibles a enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer, encontró evidencia de que existe una ventaja de supervivencia asociada al consumo de leche y productos lácteos.

En el caso de la diabetes mellitus tipo 2, o de diabetes de adultos, un estudio realizado en 2013 bajo la dirección de Flavia Galvao Candido de la Universad de Viçosa, Brasil, mostró que el consumo de por lo menos tres porciones de productos lácteos bajos en grasa al día, como parte de una dieta saludable “es crucial para reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad”.


El consumo de por lo menos tres porciones de
productos lácteos bajos en grasa al día, como
parte de una dieta saludable “es crucial para reducir
el riesgo de desarrollar diabetes de adultos”.

El consumo de yogur está asociado con una baja incidencia de diabetes tipo 2. El epidemiólogo Dariush Mozaffarian sostiene que probablemente el proceso de fermentación del yogur logre que estas bacterias cultivadas sinteticen la vitamina K y mejoren la sensibilidad a la insulina.

Sobre el cáncer al colon, el Departamento de Epidemiología y Bioestadísticas de la Escuela de Salud Pública del Imperial College de Londres, realizó un estudio en 2013 que concluyó: “nuestros resultados dan fuerza a la evidencia de un posible efecto protector del consumo de lácteos frente al riesgo de desarrollar cáncer colorrectal”.

Más allá de los estudios y los resultados que arrojan, muchas personas presentan alergias o intolerancias a ciertos alimentos, incluidos los lácteos. Si este es el caso, lo recomendable es consultar con un especialista para que determine qué hay detrás de esa reacción.

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