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Los beneficios no inmediatos del tratado con la Unión Europea

martes, 3 enero 2017 - 11:29
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Si ya se está visualizando bebiendo un vino francés acompañado de queso manchego, prosciutto di Parma y aceitunas italianas que compró baratísimo en el supermercado gracias al tratado con la Unión Europea, lamentamos informar que el efecto de este acuerdo en los precios al consumidor se sentirá paulatinamente a lo largo de los próximos 17 años. 
 
A excepción del vino francés –los licores europeos se importarán con arancel 0 desde enero de 2017– y de algunos productos como computadoras, los bienes de consumo europeos seguirán pagando impuestos que van desde el cinco hasta el 30 por ciento. La ropa y los zapatos, por ejemplo, continuarán gravando un 30 por ciento de arancel que se irá liberando a lo largo de 10 años.
 
 
Pero la ventaja inmediata es importante y beneficiará sobre todo a las industrias locales, que desde enero podrán importar una gran variedad de maquinarias e insumos desde Europa sin impuestos. La industria de la construcción, por ejemplo, podrá acceder a máquinas y materiales como hierro y acero, lo que debería reducir los costos finales. Enrique Pita, presidente de la Cámara de la Construcción, explica que la llegada de materiales libres de impuestos ayudará a que la industria nacional sea más eficiente, “incidirá en mejorar las prácticas constructivas, en costos, seguridad y tiempos de ejecución”.
 
Previsibilidad
 
Las industrias agrícola, textil, de plásticos y de alimentos, también accederán a insumos mucho más baratos. “El acuerdo comercial tiene varias etapas, no solo se plantea la liberalización de tarifas para productos específicos sino también contempla la simplificación de trámites aduaneros, lo que reducirá los tiempos logísticos”, explica el economista Fabián Chang, de la consultora Inteligencia Estratégica. “Al reducirse estos costos en la cadena de producción, la industria local puede ser más eficiente y los consumidores ecuatorianos podrán adquirir también productos locales más baratos y de mejor calidad”.
 
 
El Ecuador se adhirió al acuerdo comercial que Colombia y Perú firmaron hace ya tres años, y en los países vecinos los precios de los productos europeos son muy convenientes, ¿llegaremos a ese punto? Chang dice que no necesariamente, por las diferencias en el sistema impositivo. “En la estructura de costos de los importadores hay otros rubros que inciden en el precio, como el Impuesto al Valor Agregado y el Impuesto a los Consumos Especiales, que no se modifican”. Lo que sí debe incidir en los precios de todos los productos importados sin considerar su origen es la eliminación de las salvaguardias de hasta 45 por ciento que finalmente serán retiradas en junio del próximo año, generando, ahí sí, un alivio notable para el consumidor.
 
“El acuerdo comercial con la Unión Europea genera un beneficio general y transversal al sector empresarial en la mejora del clima de negocios”, dice Genaro Baldeón, quien fue viceministro de Comercio Exterior y hoy dirige la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador. “El acuerdo establece una serie de principios vinculados a la no aplicación de restricciones, no discriminación entre la producción nacional y los productos importados, la libre competencia, el fomento de la inversión, esto favorece al sector automotor, claro, pero este ambiente de previsibilidad favorece también a todas las empresas”.
 
Sobre ruedas
 
Debido a la entrada en vigencia del acuerdo comercial, el 1 de enero de 2017 se eliminan también los cupos máximos de importación de autos, no solo de la Unión Europea sino de cualquier país. Para la eliminación de los aranceles del sector automotor se ha acordado un cronograma que empieza en enero. Algunos vehículos pesados como tractores y buses se importarán con arancel cero inmediatamente. 
 
Los autos sedán europeos tienen actualmente el 35 por ciento de arancel, que bajará a 30 por ciento en 2017, a 25 por ciento en 2018 y así paulatinamente. Los vehículos SUV 4x4 que ahora pagan 40 por ciento de arancel, cumplirán un calendario de desgravación de siete años hasta 2023. Las camionetas que tienen aranceles que van del 10 al 40 por ciento, tendrán que esperar 10 años para venderse sin impuestos. “Los precios no van a bajar de golpe” dice Baldeón, “en la medida en que tengamos una progresiva reducción de arance les, puede haber una reducción de costos.
 
 
Esto va a ser un proceso, en el país ya hay un inventario de autos que se importaron con los anteriores aranceles y que se tienen que vender al precio vigente”. Además hay una serie de requisitos, trámites de certificación y sobrecostos que pagan los importadores automotrices y que no han bajado.  Nuevamente, en este sector los precios no se equipararán con los de Perú y Colombia. “La carga tributaria en el Ecuador es muy distinta a la de los países vecinos. No van a ser comparables los precios del Ecuador respecto a los precios de los países vecinos ni de la región, ni siquiera en siete años”.
 
La libre competencia ha forzado una reducción de precios en Colombia y Perú, países que tienen acuerdos comerciales con Estados Unidos; son parte de la Alianza del Pacífico con Chile y México, y tienen tratos con Japón, Corea y China. “Estos tratados han producido efectos notables en la mejora de la competitividad en estos mercados, los consumidores pueden acceder a una gran variedad de productos a mejores precios”, dice Baldeón.  “Destacamos por eso la firma del acuerdo con la Unión Europea, el Ecuador necesita esta apertura, esta inserción inteligente en los mercados internacionales”.
 
Enrique Pita dice que es de destacar que “por fin el Gobierno entendió que volar a ras del piso, y relacionarse solo con los que así lo hacen, le permite observar únicamente hormigas, grillos y cucarachas, y levantar el vuelo por encima del bosque le da la oportunidad de encontrar un mundo de nuevas oportunidades”.
 
 

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