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Ecuador, en expectativa por el tratado con la Unión Europea

martes, 6 diciembre 2016 - 06:14
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Con el acuerdo comercial firmado con la Unión Europea los exportadores ven la posibilidad de convertir al Ecuador en una potencia agrícola por sus ventajas naturales.
 
Después  de  casi 10 años  de  negociaciones  con  la  Unión  Europea  (UE),  Ecuador  finalmente  suscribió  el  protocolo  de  adhesión al  acuerdo  comercial  que  Colombia  y  Perú  firmaron en 2012.
 
El acuerdo es histórico porque es el primero de este tipo para el Ecuador, que se ha ido quedando rezagado en una región cada vez más interconectada por el comercio. El país  tiene  acuerdos  de  complementación comercial con países como Chile, México y el  Mercosur,  pero  ninguno  se  compara  en  escala  del  acuerdo  con  la  UE,  que  abre  un mercado  de  513  millones  de  personas.  El Ecuador ya exporta a la UE unos 2.700 millones  de  dólares  al  año,  y  esta  cifra  puede  crecer en unos 1.400 millones.
 
Una  vez  ratificado  este  acuerdo  por  la  Asamblea  Nacional  y  el  Parlamento  Europeo,  desde  el  1  de  enero  de  2017,  los  productos  manufacturados  ecuatorianos ingresarán a Europa con cero por ciento de impuestos,  y  recibiremos asimismo,  algunas  importaciones  europeas  sin  aranceles,  como  licores.  
 
Para  otros  productos  habrá  un período de desgravación, los embutidos se  importarán  sin impuestos  en  15  años  y el queso europeo, en 17 años. Los  productos  ecuatorianos  más  bene ficiados son los que hoy tienen preferencias arancelarias que  vencen  justamente el 31 de diciembre de 2016 y que representan el 85 por ciento de las exportaciones a la UE: atún, camarón, pescados, conservas, brócoli, rosas, pulpas de fruta entre otros.
 
El  analista de comercio exterior, Luis Luna Osorio, explica  que  algunas  industrias  locales  “sobreprotegidas”  como  la  del  calzado, los textiles y el ensamblaje de electrodomésticos,  enfrentarán  competencia.  
 
El  ingreso de productos farmacéuticos europeos y  de  automóviles,  que entrarán sin arancel en siete años, también obligará un replanteo en la industria local.
 
Los efectos 
 
Teniendo  en  cuenta  los  procesos  que  ya  vivieron  Perú  y  Colombia,  el  efecto  del  tratado  se  verá  en  tres  etapas.  Lo  inmediato  será  un  crecimiento  de las  exportaciones  de  productos  tradicionales  como  banano,  camarón,  atún,  cacao  y  flores.  Las  exportaciones  no  petroleras,  el rubro  donde  estos  productos son  las  estrellas,  han  ido  creciendo  entre  2008  y  2015,  desde  7.098  millones  de  dólares  a 11.671 millones. Para muestra,  Colombia:  las  principales ventas del vecino a la UE  siguen siendo aceites de petróleo y carbón, banano, café, flores, aceite de palma y atún.
 
 
En una segunda etapa, dice Luna, se verá el desarrollo de productos con valor agregado, derivados de las exportaciones estrella. La industria camaronera y atunera exporta una gran variedad de preparaciones, y en el caso del banano se han identificado 25 productos derivados, entre ellos vino, papel, harina y extractos.
 
En una tercera fase crecerá la exportación de nuevos productos ecuatorianos. Las frutas tropicales exóticas, maracuyá, tomate de árbol, pitahaya y las uvillas (exportadas como goldenberries) han ido captando nichos en el mercado europeo, pero Luna detecta una falencia: “No hemos hecho un trabajo previo de preparación para tener una oferta exportable más importante, un problema que tenemos en los productos exóticos es la cantidad, nos piden 10 mil unidades y nos quedamos paralizados”. 
 
Actualmente el 70 por ciento de las exportaciones a la UE son productos primarios sin procesar. Entre las empresas que ponen ya valor agregado está Biocolm, del suizo Peter Bachmann que exporta uvillas cubiertas en chocolate y vinagres de frutas. “Mis productos hubieran pagado un 45 por ciento de arancel sin el acuerdo con la UE, ahora ya puedo ir a buscar clientes”, dice Bachman. “Aquí vivimos en un paraíso donde hay fruta todo el año, por el sol directo y los buenos suelos, podríamos exportar mucho más”.
 
Si Perú puede...
 
Christian Wahli, de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas está convencido de que el tratado con la el vicepresidente Jorge Glas firmó el protocolo de adhesión al acuerdo comercial con la UE. Atrás del grupo, el ministro de Comercio Exterior, Juan Carlos Cassinelli.
 
UE  representa  “nuestra  gran  oportunidad, Ecuador  puede  convertirse  en  una  fortaleza agroalimentaria”.  Para  afirmar  esto,  Wahli  se  sustenta  en  la  “impresionante”  expansión  de  exportaciones  agrícolas  que  ha tenido Perú luego de firmar tratados comerciales con la UE y con Estados Unidos. 
 
“El secreto del Perú es el uso de tecnología, no  es  posible  que  el  Ecuador,  con  toda  el  agua y tierra fértil, no pueda competir con el Perú que cultiva en un desierto, con sistemas de riego artificial”.  Mientras  la  actividad  económica  de  América Latina se contrae, Perú prevé crecer un  4,1  por  ciento  como  resultado  de  la  expansión de dos sectores clave, el agroalimentario  y  el  minero.  
 
 
El  analista  colombiano  Andrés  Espinosa  Fenwarh,  escribe  que  la  agricultura peruana evidencia un gran dinamismo  por  el  desarrollo  del  sector  agroexportador, que creció a un ritmo del 14,5 por ciento anual desde el año 2000. “Como resultado de la expansión de la inversión pública en riego en la región costera del desierto, las exportaciones  agrícolas  peruanas  se  quintuplicaron,  al  pasar  de  1,3  mil  millones  de  dólares en 2004 a 6 mil millones dólares en 2016; las proyecciones para 2021 ascienden a 10 mil millones de dólares. La producción agraria  redujo  la  pobreza  rural  en  16  por  ciento y el ingreso mensual promedio de esta actividad se duplicó”.
 
El gobierno y el sector privado peruanos han invertido millones en grandes obras de riego  y  en  cinco  años  ese  país  tendrá  300  mil nuevas hectáreas irrigadas. Zonas antes desérticas ya producen caña de azúcar, palmitos, aguacates, dátiles y palma. “Esto  debe  ser  una  política  de  Estado” dice  Wahli,  quien  es  parte  de  un  consejo consultivo  creado  para  impulsar  la  colaboración  público  privada  para  fomentar la  agroindustria  en  Ecuador.  “Queremos crear  asociaciones  de  producción  regional  local,  que  nos  permitan  hacer  la  transferencia tecnológica,  el  acopio  de  productos,  el  tratamiento  postcosecha,  la  entrega  de créditos.  Mi  ilusión  es  que  el  próximo  año  podamos  definir  dos  regiones  piloto,  una  en la costa y otra en la sierra”, explica.
 
“El  Ecuador  es  un  país  que  puede  producir  para  nichos  de  mercado,  no  vamos  a  sembrar  de  golpe  diez  mil  hectáreas”,  dice  Whali. “La primera misión de la agroindustria  es  asegurar la  provisión  de  alimentos  para  el  país,  la  segunda  es  exportar  para  esos nichos”. 
 

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