<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">

Inspectores brasileños, tranquilos con calidad de carne

martes, 21 marzo 2017 - 10:10
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

En pleno escándalo sobre la venta de carne adulterada brasileña, que amenaza a una de las mayores industrias del país, tres científicos del gobierno muestran poca preocupación frente a un montón de carne picada en una bandeja de laboratorio.
 
"Esto tiene muy buena pinta", afirma Roberta Ribeiro, coordinadora del Laboratorio Municipal de Salud Pública de Rio de Janeiro, mientras observa la montaña rojiza de carne.
 
Ribeiro relata entonces cómo los inspectores iniciaron una campaña de pruebas para evaluar la venta de carne en Rio tras las acusaciones de que grandes frigoríficos estaban falsificando certificados sanitarios y enmascarando cortes en malas condiciones para exportar. 
 
"Con todas las noticias en los medios y lo que ha pasado, decidimos intensificar nuestras operaciones", afirma la coordinadora. 
 
Pero los científicos, que trabajan en un centro de alta tecnología que contrasta con el barrio deprimido que lo circunda, no esperan encontrar muchos problemas.
 
La higiene de la producción alimenticia brasileña "es buena. Creo que generalmente eso no es una preocupación... Por ello, cuando hay una operación policial como ésta, se convierte en un escándalo", añade.
 
A la pregunta de si las investigaciones le han hecho pensárselo dos veces antes de comer carne producida en Brasil o de ir a una de las populares 'churrascarías' nacionales, esta científica de 34 años, bata blanca y redecilla en el pelo, ríe. 
 
"Soy una carnívora", afirma.
 
"Cuerpos extraños"
 
La policía alega que el gigante de la producción BRF y otras compañías exportaron carne que obtuvo certificados de inspectores que habían sido sobornados para dejar pasar cortes en mal estado o adulterados. Las primeras investigaciones apuntaron incluso a que la carne podría haber sido mezclada con cartón para aumentar los beneficios.
 
Más de 30 personas fueron detenidas y tres de los 21 frigoríficos investigados fueron clausurados temporalmente.
 
El laboratorio de Rio, equipado con cámaras 3D y otros complejos instrumentos, examina carne que se vende en el mercado local, no para exportar, aunque la misión es la misma.
 
"Estamos buscando cuerpos extraños y si el producto ha sido alterado o enmascarado con sustancias ilegales", explica Ribeiro.
 
Algunos de los trucos usados para "maquillar" la carne pasada era añadir tinte para darle un aspecto más rojizo. 
 
El objetivo ahora es, según la coordinadora, tranquilizar a la población.
 
Ribeiro está de acuerdo con el presidente de Brasil, Michel Temer, cuando insiste en que la venta de carne en mal estado es una excepción a la regla y que los consumidores no deben estar demasiado preocupados.
 
"Tenemos mas o menos unas 4.850 plantas frigoríficas. Solo tres de ellas fueron cerradas, además de las 18 o 19 que serán investigadas", aseguró el mandatario este lunes. El agronegocio brasileño no puede desacreditarse por un "pequeño núcleo", reivindicó.
 
De hecho, los científicos del laboratorio de Rio no consideran que la carne sea un alimento especialmente problemático cuando se trata de los riesgos para la salud. En el centro investigan todo tipo de productos, desde leche hasta huevos o agua. 
 
"Creo que el pescado es el área más problemática porque se deteriora muy rápido", afirma Julia Simoes, colega de Ribeiro, citando los tradicionales mercados al aire libre de Rio, donde la pesca se expone bajo el abrasador sol tropical.
 
"El pescado es magnífico, pero también tiene muchos contaminantes", añade esta científica de 31 años. "La gente dice que hay que comer solo vegetales, pero tampoco estoy de acuerdo. Existen los agrotóxicos. ¿Controlas también el agua, el suelo?".
 
Simoes trata entonces de buscar algo en el menú que tenga total garantía de pureza, pero no lo consigue. 
 
"Realmente, la comida comporta un riesgo", concluye.

Más leídas
 
Lo más reciente